Y allí estábamos, tomando camino en una sola calle desolada, alumbrados por dos o algunos faros, Él tan caballero y yo tan dama, conversando de aquellas cosas de la vida que nos causaban gracia.
–Qué intimidad tan agradable entre palabras, nuestras grandes semejanzas surgían, las grandes diferencias no importaban.
¿Quién dijo que para encajar en un rompecabezas las piezas entre dos amores tenían que ser iguales?
Allí estábamos, sonriendo mientras conversábamos. –Aunque la calle estuviera oscura, él para mi era luz con su sonrisa, mientras que yo era el motivo de ella.
Allí estábamos, tan elocuentes y soñadores, tan cerca del uno con el otro, tan cerca que el silencio llegó y él solo se acercó. –Su cálido tacto a mi mejilla me estremeció.
Allí estábamos, tan cerca que yo humedecí mis labios, pues yo sabía lo que era obvio, lo que sucedería entre dos individuos que lo comunicaban todo con la mirada. –Allí estábamos, y sucedió.
Un beso selló mi boca, un beso suave y ligero me llevo al cielo, solo bastó unos segundos para que mí corazón explotará de emoción y unas milésimas para saber que realmente todo fue un sueño, solo un sueño.
–Solo allí estábamos.
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Sentidos Abiertos
RandomMis ojos, mi olfato, mis oídos, mi boca, mis manos y mi mente se expresan en letras. Bienvenidos a los pensamientos libres, al baúl de los recuerdos, sentimientos y momentos que te desconectan de lo real. Cada una de mis letras suturan heridas, el...