Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.
Autor: Desconocido (realmente no sé de quién es, pero me gustó y merecía estar aquí)... 💕 nos estamos leyendo Xoxoxo.

ESTÁS LEYENDO
Sentidos Abiertos
RastgeleMis ojos, mi olfato, mis oídos, mi boca, mis manos y mi mente se expresan en letras. Bienvenidos a los pensamientos libres, al baúl de los recuerdos, sentimientos y momentos que te desconectan de lo real. Cada una de mis letras suturan heridas, el...