Oí como una puerta se cerraba de golpe, inmediatamente abrí los ojos asustada, me incorporé y mire el reloj de mi mesilla: 5:32, me levanté y abrí la puerta de mi habitación para asomarme y ver quién era entonces vi a mi madre apoyada en la isla de la cocina, se la veía cansada. Desde que nuestro padre se fue ella nos ha cuidado sola con la ayuda de su hermana y su madre, pero ahora que mi abuela estaba muerta y mi tía enfermaba por momentos no había nadie en quien confiará. Él se fue de un día para otro sin decir nada hace mucho tiempo, siempre que preguntaba sobre el tema lo desviaba o cambiaba de conversación asi que un día mi hermana dejo de llorar y yo paré de hacer preguntas, nunca más volvimos a hablar de él. No me acuerdo ya de su cara, ni de su voz ni siquiera de su nombre, solo fue un hombre más que paso de largo en nuestras vidas.
Ella no era feliz, lo sabía mejor que nadie. Detrás de la sonrisa de mujer perfecta se escondía un mar de sentimientos a los que no dejaba entrar a nadie, en sus ojos podías llegar a verlo. La verdad es que nunca había pensado que nuestra madre fuera de esas personas que necesitaba ayuda pero ahora que la veía así sabía que no iba a ser la última vez que llegaría a esa hora y yo tendría que cuidar a mi hermana . No me gustaba esa sensación de impotencia que me causaba esa situación, así que me di la vuelta y entre de nuevo a mi habitación como si no hubiese visto nada. Me tumbe en la cama de nuevo y esperé a que el tiempo pasará, para empezar otro largo día.
***
6:30, ya era hora de que hiciera algo productivo. Me levanté de la cama y me fui al baño, me metí en la ducha tenía que despejarme. El agua caía sobre mi cara haciendo que los pensamientos malos de mi mente desaparecieran por algunos segundos, podía quedarme allí horas sola sin pensar en nadie y..
-¿Linda ya estas despierta?- claro que lo estaba, demasiado despierta.
-Si, en un rato salgo..
Salí de la ducha y me vestí: Polo rojo largo un poco ajustado, vaqueros, Converse blancas. Estaba lista, me trence el pelo, me maquillé un poco las ojeras y cogí la mochila, esta vez lo llebava todo. Baje despacio las escaleras, estaba cansada y no quería ver a mi madre después de lo de aquella noche.
-Esta vez has bajado rápido, menos mal- mi hermana como siempre alegrandome el día. Cogí una tostada de la encimera y me la metí en la boca, con todo el jaleo del día anterior no había comido nada.
-¿Y mamá?
-No se... me dijo que estaba muy cansada y se fue a su habitación.- Aparté la mirada y dejé de nuevo la tostada.
-Venga pequeña o llegaremos tarde.
Salimos de casa y fuimos de camino hacia mi " pequeño infierno personal", pensaba en el gran día que me esperaba y entonces se me vino algo a la mente: la nota. Quería responderle y por una vez que fuera él el que se sientiese de esa manera, cuando miré al frente ya estaba a las puertas del instituto.
- Allí está Jennifer me tengo que ir. ¿Hoy me voy con ellas a casa vale?
-Vale, pero no tardes mucho en llegar- Me sonrió y se fue corriendo con sus nuevas amigas.
Fui andando hacia la puerta principal cuándo vi a Diana saludarme con la mano mientras se acercaba a mi.
-Buenos días.
-Si fueran buenos..
-Venga no seas negativa, nos toca Tecnología a si que demonos prisa, ¿Sabes ya tú número de taquilla?
- No
- ¿Pues a qué esperas?, míralo en tu horario.
Abrí la mochila y lo saqué , me lo arrebató de las manos y me cogió del brazo, me guió hasta una fila de taquillas rojas en la segunda planta e introdució unos números que hicieron que la taquilla se abriese -vamos corre o llegaremos tarde.
Metí todo lo que no necesitaba y nos fuimos rápidamente a clases. Las horas pasaron rápidas sin ningún percance ni signos de Joshep, era mejor que no viniese así no tendría que verle, no me importaba y quería parar de pensar en él.
Sonó la campana que daba comienzo al recreo.
-Te puedes sentar con nosotros- dijo una esperanzada Diana con una mirada suplicante.
- No les conozco.
- Venga, les caerás bien- Algo en mi decía que no pero como resistirse. La miré con una pequeña mueca de diversión y su sonrisa aumentó- eso es un sí. Les vas a caer genial ya verás.
-Pero antes tengo que ir a comprar algo de comer, ahora te alcanzo.- Ella asintió y se fue a una mesa llena de gente, no sabía cómo podía haber aceptado su oferta. Fui hacia la zona de comida y me cogí varias cosas consistentes, tenía hambre y no tendría otra oportunidad de comer hasta salir de allí, para ello faltaban tres largas horas. Lo pagué, me dirigí hacia la mesa donde se encontraba Diana y me senté a su lado un poco avergonzada.
-Mira os presento Albert- señaló a un chico rubio con el flequillo a un lado y unos preciosos ojos azules, tenía una dulce cara de niño y se le veía demasiado inocente y simpatico para ser uno de los típicos chicos de instituto- Lauren- me sonrió mientras me estrechaba la mano, era una chica con el pelo negro, era alta, delgada y tenía unos ojos marrones oscuros que más bien parecían negros. Lucía una bonita sonrisa y tenía unos delicados lunares colocados estrategicamente para que la quedasen bien y la hicieran parecer más adulta, era tan guapa como Diana y claramente las dos me superaban con creces en cuanto a belleza- David, mi novio- dijo mientras besaba a un chico con el pelo moreno claro y los ojos marrones, era más bajito que los demás chicos pero lo contrastaba con un cuerpo en forma fruto de algún deporte.
-David o enano, como lo quieras llamar- dijo una voz masculina detrás de mi soltando una carcajada.
- Y como no, Louis, el hermano de Lauren- me di la vuelta y me encontré con un chico alto con pelo negro y una sonrisa radiante. En sus ojos tambien negros observaba un toque de locura pero a la vez de sensualidad que me atraía demasiado, además de su trabajado cuerpo. Tenía algunos tatuajes recorriendole todo el brazo derecho llegandole hasta la muñeca que hacía que esa fachada de tipo duro se endureciera. Se parecía mucho a su hermana, por no hablar de que tenía los mismos lunares que causaban el mismo efecto de madurez en él. Era muy atractivo.
-Encantada, Linda.
- Un placer conocerte por fin.- dijo clavando sus ojos en los mios. Aparté la mirada y empecé a comer un poco incómoda por su presencia. Sin decir nada se sentó a mi lado y empezó a hablar con los chicos.
Ya había terminado el recreo así que fui sola a mi taquilla, Diana me esperaría en Educación Física. Miré el horario e intenté repetir lo que había echo ella en la taquilla pero no se abría y yo me enfadaba por momentos, 12, 23, 06, 29 no funcionaba.
-¿Te ayudo?- era Louis reconocía su voz. Antes de que pudiese responder o si quiera darme la vuelta miro mi papel y introdució los correspondientes números.
- Gracias- dije cogiendo los libros. El seguía ahí, detras mía, lo sentía. Cerré la puerta de la taquilla y me di la vuelta- ¿Querías algo más?
-Linda... no se como, ni cuando, ni siquiera el porque- se acercó más a mi hasta que llegó a mi oreja, sentía su respiración recorriendo mi cuello y la piel se me erizo de repente- pero te voy a conseguir.
El sabía perfectamente la reacción que causaba en las demás chicas, bueno, en mi y eso me molestaba, se creía que podía tenerlo todo en la palma de la mano, pues conmigo lo llevaba claro. Me aleje de él en un intento de escapar pero estaba atrapada entre la taquilla y su brazos, lentamente se fue acercando a mi y realmente tenía unas terribles ganas de probar sus labios, estaba cerca muy cerca casi rozaba mis labios. Entonces desperté.
-Me tengo que ir o llegaré tarde...- Mi voz era un leve susurro, pero quité su brazo y me fui. ¿Qué acababa de pasar?, empece a repasar todo lo ocurrido mientras intentaba escapar de allí lo más rápido posible con su mirada clavada en mi espalda, no le conocía de nada, ¿que le pasaba a ese chico? nos acababan de presentar era de locos. Doble la esquina y seguí andando a paso rápido intentando irme lo más lejos posible entonces alguien me cogió del brazo.
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SOMEDAY I'LL GET (Algún día te conseguiré)
Teen FictionRubia. Ojos azules. Alta. Con el chico más guapo que jamás haya visto, viviendo en la gran ciudad de Nueva York y... esa no es mi historia. Estoy harta de las historias de amor que solo cuentan lo bonito de la vida solo por una vez quiero contar mi...