Oh, you mean me? I don't belong here. And I'm not coming back. How could I? Man, how could you? It's just like... – Me miró con sus dos esferas azules. - Our universe is breathing, is calling for us. And I know you can hear it.
Me tendió una mano. La puerta del tren se transformaba en el portal a una nueva vida. A mis espaldas la estación se convertía en los restos de la anterior. Y en medio de ese portal, él. Nunca imaginé que el forastero que llegaría a clase y se sentaría en una esquina apartada pudiera contener tantos mundos en su interior. Podía sentir su emoción cada vez que hablaba de la vida, el brillo que nacía en sus pupilas al contemplar el sol ponerse desde mi azotea. Era mi mejor amigo. "Mejor amigo" eran palabras cuyo significado en realidad se quedaba corto. Era un alma libre que me pedía que lo dejase todo, que me fuera con él a descubrir el motivo de nuestra propia existencia. Pero mi familia, mi novia, mis estudios...
"They will be here, you know? If you want to come back someday, they'll be here."
"But you won't, right?" Él desvió la mirada. Los vestigios del sol iluminaban el amago de su sonrisa.
"Look, you'll be eighteen in two days. You have time to decide. I'll wait for you."
Lo había hecho. Había esperado hasta ese día pese a que él era un año mayor que yo. Había esperado por mí. Y estaba deseando montar en ese tren y descubrir el mundo a través de sus ojos. Pero tenía miedo.
I'll take care of you. I promiss.
Di un paso adelante. Él sonrió, haciendo que en sus mejillas las dispersas pecas formasen galaxias contenidas a lo largo de su piel. Su mueca varió apenas dos segundos después al mirar a mi espalda. Se manchó de pena.
– ¡David!
Me volteé con los labios entreabiertos al ver a la hermosa chica que corría hacia mí, apartando a la gente y saltando maletas cuando era necesario, incluso tiró a un lado el bolso al verlo como un obstáculo. Sus mechones bailaban descompasados y la desesperación bañaba de lágrimas su rostro.
– Marta... – Abrí los brazos.
Ella chocó conmigo con tanta fuerza que tuve que agarrarme a la columna para no caer.
– No puedes irte. David, por favor. No puedes dejarme sola. – Acaricié su cabeza y la observé cuando desenterró el rostro de mi cuello. – Te quiero. Como no he querido a nadie nunca. – Se interrumpía a si misma por la fuerza de sus propios sollozos. – Te necesito a mi lado.
El tren emitió los pitidos de advertencia. Último aviso para los rezagados.
– Y yo a ti, Marta. Yo también te quiero. – Y nunca estuve más seguro de nada.
La estreché entre mis brazos mientras las puertas de los vagones se cerraban. La mano de Rayner ahora se apoyaba en el cristal. Vi algo que jamás había visto desde que lo conocí.
Estaba llorando.
Era un llanto calmado. Apenas se distinguía sino fuera por el color rojizo instalado en sus ojos. En ellos no había rencor o decepción, solo pena. Pude leer sus labios. "It's okay. I'll never forget you."
Y así fue como el tren dejó la estación, como Rayner dejó mi vida.
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Free Soul
Short StoryLos únicos límites que existen son los que nosotros ponemos a lo largo del camino. La vida de David está a punto de cambiar para siempre, y se verá forzado a entender que las cosas no son siempre "lo que deberían".