Lo primero que hago cuando me levanto es pensar que me mudo. Me da pena dejar a mis amigos y a mi novio pero, a la vez, me entra la curiosidad de saber si habrá cambiado mi padre, como será su nueva mujer, como serán mis hermanastros...
Voy hacia el salón y ahí está mi madre preparando el desayuno.
-Oye hija, te tendrás que ir sola para Boston, yo iré dentro de una semana cuando el camión de la mudanza haya terminado su trabajo. Necesito estar aquí porque hay que hacer papeleo.
-Me asusta un poco la idea de montarme sola en un avión.
-No te preocupes por eso, cariño. Tienes el móvil y con cualquier cosa me llamas.
-De acuerdo.
Son las 8 de la mañana, por lo que después de desayunar, empiezo a vestirme.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Son las 9 y media. Estoy en el aeropuerto junto a mi madre, Sam, James y Jonathan. Este momento es muy emocionante. Voy hacia una máquina dispensadora y me compro un paquete de galletas.
No puedo evitar comerme las uñas, estoy muy nerviosa.
Me como el paquete de galletas.
Ya son las 10 menos diez. Oh, dios. Dentro de diez minutos me mudo. Que nervios.
10 menos cinco. Todos empiezan a ponerse nerviosos, andando de un lado para otro, al igual que yo.
Y llega el momento. Las diez en punto. La señorita que anuncia los vuelos dice con una voz muy estridente:
-Vuelo hacia Boston, en la sección 31.
Me abrazo a todos y les digo que no los olvidaré pase lo que pase.
Tras un momento de abrazos y llantos, me dirijo hacia la sección 31.
Hay una máquina que pasa las maletas, a lo que yo paso la mía. Tras que esta salga, veo frente a mi un enorme avión blanco.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Me despierto en un sitio que no es mi casa, y escucho un gran motor. Miro a mi alrededor y veo que el avión está aterrizando.
Cuando cojo mi maleta de vuelta, me dirijo hacia donde están las personas esperando y veo a mi padre. Si que está cambiado.
El me ve y me esfuerzo muchísimo por sonreír, por esbozar una sonrisa para no tener que explicar por qué tengo una mueca fruncida permanente en los labios.
-¡Mi pequeña!- dice papá abriendo mucho los ojos y moviendo mucho los ojos con incredulidad al ver que ya no tengo la misma apariencia que cuando tenía doce años.
-Sí- respondo simplemente.
-Te he echado de menos, Chelsie- me confiesa como si esperara que yo diera saltos de alegría al saber que mi padre, el que nos abandonó, me echa de menos y que tal vez quiere que me arroje a sus brazos y lo perdone allí mismo.
Pero no funciona así. No se debe esperar el perdón: hay que ganárselo.
-Yo también te he echado de menos.
Lo sigo hasta que salimos del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
El calor me golpea en la cara mientras avanzamos y cruzamos el extenso aparcamiento, siento el hormigueo del sol en la piel y una suave brisa me mece los cabellos. El cielo está casi totalmente despejado salvo por algunas pequeñas nubes.
ESTÁS LEYENDO
Mi maldito hermanastro
Teen FictionSoy Chelsie Smith. Tengo 16 años y voy a cursar Primero de Bachillerato. Vivo en Portland con mi madre, mi padre nos abandonó sin ninguna razón, así que mi madre y yo ya nos hemos acostumbrado a a vivir sin un hombre en nuestras vidas. Después de qu...