Le hablé.
Sí, lo hice. Y no saben cuánto me gustó.
—Eh... Hola, ¿eres la novia de Tony, no?
Bien, lo admito, no fueron las mejores palabras que pude dirigirle por primera vez.
Pero alégrense de que lo hice.
Ella asintió, y murmuró algo incomprensible.
No le pedí que repitiera lo que dijo, pero tampoco me fui.
—¿Puedo saber qué haces aquí sola? —Tal vez haya sonado un poco mal que lo preguntara así, por lo que intenté arreglarlo— Digo... Aquí, en el medio de la noche, ¿no crees que es peligroso?
Ella negó esta vez.
—Si alguien se acercara a matarme yo misma le daría el cuchillo.
No pregunté por qué un cuchillo y no un arma, pero poco importó tras escuchar esa voz tan dulce y retorcida.
Esas palabras tan sombrías, dichas con tanta parsimonia, simplemente maravillan.
—¿Me dejarías... esperar a la muerte contigo?
Se encogió de hombros.
—Mientras más, mejor.
Sonreí.
Por primera vez en días, no la veía como la chica inalcanzable que apatentaba ser.
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Cien lugares donde hallarte
Короткий рассказSi la hubieras visto, te hubieras vuelto loco como yo. Si hubieras besado esos labios, no querrías besar otros. Si hubieras acariciado esa piel, no necesitarías acariciar otra en toda tu vida. Tan solo la suya. Tan solo ella. #InvisibleStarsAwards20...