Capítulo 33

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Olive me tocó la mano con temor tras el paso de unos segundos en silencio.

—¿Será que podremos encontrarnos en más estacionamientos de ahora en más?

No sabía qué hacer.

Sentía ternura y esperanza, pero a la vez miedo de que se retracte en algún momento.

No pensaba responderle que no, pero no sabía si sería lo mejor responderle que sí.

Pero igualmente lo hice.

—Supongo que sí, aunque tendremos que procurar que ningún auto nos atropelle. 

Ella rió y se tomó de mi brazo con fuerza.

Rápidamente se separó de mí, borrando su sonrisa.

—Entiendo si tienes que irte... —susurró.

Al parecer no me di cuenta cuántas veces miré mi reloj en estos minutos.

—No es que quiera, pero mi hermana me espera en casa... —me justifiqué.

Ella negó, quitándole importancia. 

—Ve, tranquilo.

Yo asentí, levantándome. 

Apenas di dos pasos atrás, se me ocurrió mi mejor idea en la semana.

—Ven conmigo —le ofrecí.

Olive me miró como si no me creyera. 

—¿Quieres que vaya contigo, a tu casa, donde está tu hermana? —preguntó atónita.

Asentí, extendiéndole mi mano.

Ella negó, bajando la cabeza.

Tomé su mano de todas formas, obligándola a levantarse y acompañarme hasta la parada de autobús.

—Será divertido, no temas, seguramente mi hermana amará tu cabello y te hará trenzas —dije con una sonrisa.

Olive sonrió, pero no parecía muy convencida. 

Esperamos en la parada de autobús unos minutos, pero nada. 

Al final tuvimos que ir caminando, lo que no resultó tal mal, ya que ella estaba junto a mí, y eso era lo que importaba.

Cien lugares donde hallarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora