5. Will.

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Tyson y ese palo le habían salvado de haber cometido una estupidez. No era que no quisiera declararse a Nico, pero debería de elegir mejor las palabras con las que debía hacerlo. Quería llegar al campamento, sentarse en su cama y pensar en que decirle. Tuvo una idea: escribirle una carta. Sonaba mucho más cursi y patético que declararse y decir cualquier estupidez, pero en una hoja de papel creía que lo haría mucho mejor, pero ante cualquier duda le preguntaría a Piper en el campamento.

Pasé a ver a Di Angelo y lo vi dormido. Reí al escuchar los ronquidos del chico y lo tapé con una manta. Le miré bien el cuerpo. Dioses, el chico era un muerto y no solo por ser hijo de Hades y pasar casi todo su tiempo en el inframundo, sino porque no comía. Estaba creyendo que esas noches que no lo vio en el comedor fueron porque se sentía mal de verdad para no ir a cenar, pero comenzaba a sentir que era una mentira.

Estaba tan flaco y pálido que podía confundirse con un esqueleto con ropa y cabello. Cuando despertara iríamos lo antes posible a cenar en el campamento, o incluso aquí ya que Quirón no podría regañarlos si por alguna razón quería llevarme a Nico en la noche a dar un paseo por el campamento... No, no iba a hacerlo. Debía escribir esa carta.

Se sentó en la silla como ya había hecho y se durmió mirando a Nico.

Los sueños no tardaron en aparecer, pero lo bueno era que no eran pesadillas de una misión o monstruos planeando algo para el fin del mundo, era de algo más privado. Estaba en el campamento, caminando hasta que vi a Nico. Me fui corriendo hasta él, que seguía ignorándome después de aquel estúpido malentendido.

-Vamos Nico te lo ruego ¿Qué debo hacer para que puedas perdonarme? – le dije en el sueño.

Pude notar todas las sensaciones que Nico y yo teníamos en el sueño. La había jodido muy mal.

-DÉJAME SOLO SOLACE – gritó mientras se iba corriendo del comedor hasta su cabaña, dejándome con los campistas que me miraban como si en cualquier momento yo fuera a explotar como él.

Caminé frustrado hasta la cabaña de Hades, donde vi a un hombre con gafas de sol y toda la onda apoyado en la entrada, mirando a Nico por la ventana y, acto seguido, a mí. Negó con la cabeza admirando la situación. Era mi padre.

-Lamento tanto que este sueño deba cumplirse hijo mío... Pero sé que hallarás la forma de que tú y tu amado puedan volver a estar juntos. – dijo Apolo.

El sueño acabó y no pude llegar a ver lo que decía el interior de la carta. Tuve que abrir mis ojos pero al hacerlo Nico no estaba.

Salté de la silla y salí lo más natural que pude de esa enfermería. Estaba por amanecer. ¿Tanto había dormido? Caminé hasta el comedor, donde desayuné pero no vi a Di Angelo por ninguna parte. Entonces se me ocurrió ir a buscarlo al templo de Plutón (Hades) donde esperaba encontrarlo y decirle que nos marcháramos de ese lugar.

Al llegar oí unas voces dentro y me escondí entre unos trastos en la entrada del templo, mirando como Nico caminaba de un lado a otro de vez en cuando.

-Creo que deben irse, en cuanto lleguen al campamento tú sabrás que hacer, siempre lo haces – había dicho Piper.

Supuse que era un mensaje Iris porque estaba de lo más seguro que ella no estaba en el Campamento Júpiter.

-Está bien pero ¿Cómo lo haré si tú ni siquiera estarás allí para ayudarme? – respondió Nico.

-Créeme, podrás con eso. Solo es una charla con un chico, no estés tan nervioso – dijo con usando un poco de embruja habla en sus palabras.

-Sí, una charla con él... como si fuera tan fácil - murmuró Nico.

-Iré al campamento en unos días, si gustas y no tienes valor de hablar con él todavía, puedes esperar a que yo llegue. – dijo Piper.

-Creo que podré hacerlo – dijo Nico mientras saludaba con la mano a el charco de agua a sus pies. – Adiós Pipes.

Cuando Nico salió del templo no pude dejar de sonreír. Sé que no debía de ilusionarme, pero estaba tan feliz de haberlo escuchado. Pero era un tonto, incluso así, ni siquiera sabía si ese chico era yo.

Apresuré a salir de allí, intentando no pisar ningún hueso y lo conseguí. Al salir fui hasta la enfermería, donde choqué contra alguien que estaba saliendo. Naturalmente, era Nico.

-Hola... - dijo

-Quiero irme.- solté sin más. – extraño a mis hermanos y amigos en el otro campamento.

-Sí, nos iremos en unas horas.- dijo

No sé porque, pero el chico parecía decepcionado.

-Oye ¿Te sientes mejor de aquel viaje de sombras? – dije sacando tema.

-Rayos Solace ¿Acaso solo eso te importa? – dijo algo molesto.

Supuse que era por lo del beso y esa situación incómoda de la enfermería.

-Bien, lamento que me importe tu salud. – dije mientras me daba la vuelta para buscar a alguien que me llevara.

-Espera Will – escuché que gritaba. Me detuve. – nos iremos en cuanto me despida.

Me alegró escuchar eso, por lo que me senté en donde estaba y esperé a que mi amigo se despidiera de todos sus otros amigos romanos.

Al pasar un rato, escuché a dos personas que venían hasta mí.

-Te extrañaré Tyson – dijo Nico

-Hola Will – dijo mientras me abrazaba lo más fuerte que podía – Adiós Will.

-Adiós grandote, cuídate – le dije al salir de sus brazos.

Nico se acercó y tomó mi mano. Pude sentir muchas mariposas que no quería que estuvieran en mi estómago y luego miré a Nico. Todo se volvió negro y sentí lo mismo que al viajar en la señora O'Leary. Di Angelo tendrá que estar en la enfermería muchos días si sigue desobedeciéndome.


No había pensado en el sueño hasta que vi la cabaña de Hades y recordé lo que mi padre me dijo: "lamento que esto deba pasar pero encontraras la solución". Me separé de Nico y fui hasta la cabaña de Apolo. Otra vez en casa.

💀Solangelo☀️ Our storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora