Capítulo 8:

32 1 0
                                    



Han pasado los días desde que mi padre ingresó en el hospital. Por ahora todo esta calmado y no ha habido señales por parte de mi madre, lo cual me tranquiliza. Estos días no he parado de tener pesadillas y ataques de ansiedad, no he dejado de recordar aquella mañana. He preferido no preocupar a papá ni a la abuela, pero realmente tengo mucho miedo, miedo a revivir aquel momento y que está vez vaya a más, solo de pensarlo se me pone la piel de gallina y me dan ganas de coger el primer vuelo a cualquier lugar del mundo.

-¿Interrumpo? -dice papá entrando por la puerta-

-No, claro que no -me acomodo en la cama y hago un pequeño espacio para que se siente junto a mi-.

-¿Cómo estas?

-Se supone que esta pregunta debería de hacértela yo -río leve- pero bien papá, estoy bien, no te preocupes.

-Sabes que a mi me importas tú más que nada en el mundo -me sonríe y planta un beso en mi frente- sé que tienes miedo Ariana, pero no te va a pasar nada, yo no voy a permitirlo.

-Lo sé -suspiro y por alguna razón sus palabras no me tranquilizan- creo que deberíamos de dejar de hablar del tema y hacer nuestra propia vida, es decir, no podemos estar viviendo con miedo continuamente, ¿y si hacen una tregua? o simplemente se olvidan de nosotros...

-Ojalá que sea así cielo, ojalá... Y entiendo que quieres decirme, pero tenemos que tener los ojos bien abiertos pase lo que pase.

-Claro, en eso no te quito la razón. Pero necesito vivir papá, desde que salistes del hospital no he salido ningún día... Se me ha olvidado lo que es tener un poco de soledad, y a veces la necesito.

-suspira y se levanta de la cama- Mira cielo, a mi no me importa que salgas y te diviertas, de hecho me haría muy feliz que lo hicieses, yo lo único que quiero es que andes con cuidado ¿vale?

-Sí papá, tendré cuidado -le miro- pero si algo tiene que pasar, creeme que no vamos a poder evitarlo.

Sus ojos me reflejan miedo, no hay más que mirarle para saber que quiere huir como yo, pero no podemos, sé que ahora mismo cualquiera cogería y se iría lo más lejos posible, pero eso sería ser unos cobardes, y eso es algo que no va con nosotros. Quiero calmar a mi padre y decirle que todo va a estar bien, pero hasta yo misma sé que lo peor está por venir.

-Creo que voy a llamar a Nat, hace muchos días que no la veo.

-Claro, invítala a pasar el día -me sonríe y sale de mi cuarto-

Cojo el móvil de encima de la mesilla y respiro hondo antes de pulsar el botón llamar.

-¡Ari! Por fin sé algo de ti, estaba empezando a preocuparme ¿por qué no has cogido mis llamadas?

-Lo siento Nat... He estado bastante ocupada -miento- Siento no haberte avisado.

-No te preocupes. ¿Cómo está tú padre?

-Mucho mejor, no fue tan grave al fin y al cabo, ya está recuperado del todo.

-No sabes cuando me alegra oír eso.

-Gracias Nat -sonrío a pesar de que no pueda verme- He pensado que podríamos pasar el día juntas como siempre.

-Me encantaría, además tengo que hablar contigo sobre algo.

-¿Sobre algo? -frunzo el ceño- ¿Ha pasado algo?

-No... Bueno... SÍ.

-Nat -digo en modo de advertencia-

Broken boy meets broken girlWhere stories live. Discover now