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Junki le abraza y él se siente incómodo.

Las ganas de ir a ver un musical y ver actuar a los alumnos de su novio, desaparecen como si no significara nada, se sentía como anestesiado.

Pero igual continúa porque no quiere demostrar que esta tan afectado, porque esos sentimientos que creyó guardados bajo candados, miles, volvieran a salir a flote, como si las montañas pudieran flotar.

- ¿Quién es él? ¿Estás bien?

- Sí, no le des tanta importancia – sonríe y se acomoda un mechón de cabello para distraerle – ya quiero ver actuar a los chicos.

- Y yo, decidiremos a quién aplazamos ¿ok?

- ¡Ok!

Le gustaba siempre ir en plan de profesor, aunque no lo era, pero era algo así como una especie de hobby.

Sólo que todo lo bonito en ese momento se ve nublado por el rostro lleno de enojo de Minho, de quién no creyó poder volver a ver, no al menos en esa vida, en la que durante esos largos años se hizo a la idea de que debía olvidarlo. Pero claramente eso no había ocurrido.

Minho.

Y cuando Junki lo deja en el público, no puede evitar sentir un horrible retorcijón en el estómago, que llega por segunda vez cuando recuerda que ahora Minho conocía sus sentimientos.

¿Taetae? Soy yo, Minho Choi Minho por si ya lo olvidaste. Hola Minho, no te he visto tanto tiempo, ¿qué fue de tu vida? ¿por qué volviste? Lo sé, te dedicaste a borrarme de tu vida. Tenemos una conversación pendiente Taemin, adiós.

Sonríe por su sobrenombre que le enternece, pero su cuerpo se vuelve un bollo de nervios por todo lo que vino después, por cada reclamo que escuchó y que acababa de comprender.

¿Una conversación pendiente?

La misma pregunta se repite como un millón de veces más, mientras ve el musical completo, sin verlo realmente, sin divertirse, sintiendo solamente cómo los nervios se lo carcomían.

Eso significaba que lo volvería a ver ¿cierto?

Esa noche se despide de su novio sin penas ni glorias, con demasiadas cosas en mente, como si de repente todo volviera a estar como antes, antes de poder superarlo, supuestamente.

Cómo podía decir que lo había superado si sentía su corazón latir contento después de tanto tiempo, cómo si Minho lo hubiera apagado al marcharse y ahora, ahora nuevamente volvía a ser tan ruidoso. Como en esas épocas.

- Tae, no quise decirle, pero él insistió – Kibum se encoge de hombros como si no estuvieran hablando de algo tan importante, casi de vida o muerte.

- ¿Qué? – Taemin bufa molesto, porque en su interior todo era una catástrofe – ¡Te golpeó y te amenazó de muerte para que le dijeras tan fácilmente!

- ¡Es un salvaje! – sonríe inocente cuando Taemin se tira de los cabellos, como si de esa forma volvieran al pasado a solucionar todo – ¡Siempre fue un troglodita, yo te lo dije y no quisiste escuchar!

- Sí, seguro.

Taemin sabe que el rubio está disfrutando de su desesperación, pero no sabía de qué otra forma comportarse cuando lo último que escucho salir de los labios de Minho, volvía a atormentarle, dulcemente.

No importa - 2minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora