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Cuando el sol entra torturándole, empieza a despertar sin ganas, pero lo hacía porque era como su despertador, y sentir el sol significaba que tenía clases a primera hora.

Cuando destapa la sabana se encuentra con un brazo rodeándole la cintura, la razón por la que sintió un peso extra allí.

Minho.

Y creía que había estado soñando todo aquello, pero no, era más que real.

Más aún cuando ve la puerta abrirse y el rostro de su hermano aparece sonriente, aunque lo ve cambiar de sonriente a sorprendido, con el ceño fruncido y sólo para decirle que el desayuno estaba servido.

- Gracias.

Avergonzado intentó levantar ese brazo para poder escapar de allí, pero este se resiste y no le queda de otra más que quejarse.

- Minho, ya es hora de ir a clases – dijo volviendo a intentar escapar de allí – y el desayuno ya está listo.

- Noooooooooo

- Si y déjame ir.

- Noooooooooooo

- Basta, mis padres vendrán y Taesung hyung ya nos vio.

- ¡¿Qué!?

Y si Minho le tenía miedo o respeto a alguien era a su hermano mayor. Taesung había estudiado lo mismo que él y era quien le ayudaba algunas veces en sus trabajos o proyectos, le debía mucho y por ser tan joven, exitoso y amable siempre le había respetado.

Además de que siempre le recomendaba a Taemin y ahora le había hecho beber.

Mierda.

- Al menos dime buenos días – Taemin sonríe cuando es liberado.

- Buenos días hyung – y lo recordó – por cierto – rió un poco al verle estirarse en toda la extensión de su cama. Y quería que se repitiera miles de veces.

- ¿qué cosa?

- Tu celular no dejaba de sonar, incluso hace un momento sonó.

- Mmmm debe ser Yoona.

Y toda su felicidad se esfumó junto a ese nudo horrible que se generó en su estómago, advirtiéndole que pronto sabría algo que no quería saber.

- Papá y mamá ya debieron salir, apresúrate en bajar a desayunar.

- Ahora bajo.

Toma su lugar en la mesa y ve a su hermano desayunar como si nada, como si no hubiera visto algo extraño cuando entró en su habitación.

- Hyung... no es lo que tú crees – dijo apenado - Tú crees que siento algo por él.

Porque alguna vez le dijo que había alguien que le interesaba mucho, pero que era sólo eso, aunque en el fondo, muy en el fondo, sabía que él sabía de quien se trataba y de cuánto.

Pero no quería aceptarlo, así que seguiría con su intriga.

- Tae, pequeño – inevitablemente sonríe porque se siente como un pequeño niño – yo no creo nada – y le gustaba cuando le seguía la corriente – y yo no vi nada.

- Por eso te quiero.

- Yo también te quiero mucho.

Un apretón en sus mejillas que le hace sonreír, porque el cariño de su hermano era algo que lo reparaba, porque sentía su apoyo aunque no estuviera con él todo el tiempo, más desde que empezó a trabajar.

No importa - 2minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora