[Narrado en tercera persona]
Varios meses habían pasado ya desde que Ale y Jory habían comenzado a salir en una relación amorosa, y verdaderamente habían sido unos meses bastante hermosos y felices en las vidas de ambos chicos, ya que ambos habían y han estado disfrutado mucho de su mutua compañía, apoyándose entre sí y estando en todo momento para el otro.
Jory llevaba días y días pensando en hacerle un pequeño detalle a Ale, a su rubio favorito, a su novio, así que decidió escribir una carta para él.
Naturalmente, Jory siempre, todos los días, le decía a Ale lo mucho que lo ama y lo agradecido que se encontraba con tan sólo el simple hecho de poder tenerlo en su vida... pero la idea de escribirle una carta le resultaba algo genial.
La carta no diría nada que Ale no sepa, eso es cierto, pero lo que más valdría sería el esfuerzo, la dedicación, el cariño y el amor que Jory pondría en escribirla.
El pelinegro cruzaría la habitación que ambos compartían, sentándose al frente de un pequeño escritorio que se hallaba en la misma y tomando lo necesario para comenzar a escribir una carta, una carta para Ale.
"Querido Ale,
Quizá no siempre halle las palabras para explicar muchas cosas, quizá nunca las podré hallar, quizá deba limitarme a explicar hasta donde mis palabras lleguen... pero nunca ha sido algo malo, no, no lo ha sido.
Sé que te he llegado a traer problemas, lo sé muy bien, y he intentado disculparme contigo pero tú siempre has insistido en que no tengo de qué disculparme, no te has molestado conmigo... ¿por qué? Después de todo, estás en todo tu derecho de estarlo."
La mano del pelinegro se movía libremente, fluyendo facilmente las palabras que escribía y escribía, esto con movimientos precisos, artísticos hasta cierto punto, con una letra casi impecable pero a la vez imperfecta.
Además del sonido del lápiz trazando letras y a su vez palabras, otro sonido que podría oírse de fondo serían pequeñas risitas por parte del pelinegro, de Jory, prácticamente burlándose de sí mismo y negando con la cabeza levemente en forma divertida y emocionada al mismo tiempo, pensando en las próximas palabras en ser escritas.
"Muchas veces me he preguntado a mi mismo en medio de mis noches de insomnio en los que no te he podido tener a mi lado «¿Por qué tanta persistencia?», «¿Qué ve él en mi que tanto le gusta?» y «¿Cómo me ha logrado aguantar en mis peores momentos? En los que quizá le ocasioné más problemas»... pero ahora creo entender, creo que esa visión más clara ya la tengo.
El amor, el amor es la clave y la solución en muchos de los problemas que una persona puede tener. Y no es por ser cursi, pero realmente yo creo firmemente en eso.
Si, muchas veces has tenido todos los motivos del mundo y has estado en la posición de molestarte conmigo, pero no lo has hecho, y yo ya no me preguntó el por qué de esto...
... tú me amas, yo te amo, y el amor que nos tenemos entre nosotros es algo tan grande, y eso es algo que los dos podemos ver y sentir, yo lo sé y tú lo sabes.
Así como yo te he prometido el siempre estar a tu lado, siempre apoyarte, siempre amarte y te aseguro siempre que vas a poder contar conmigo bajo cualquier circunstancia... y te he oído prometerme todo aquello, y ha sido de corazón, yo lo sé, y confío totalmente en ti."
Jory tendría una sonrisa tonta en su rostro, una sonrisa de tonto enamorado, fijando su mirada en la hoja de papel que frente a él se encontraba y casi se hallaba llena.
Un ruido no muy estruendoso fue capaz de sacar al pelinegro de sus pensamientos y de su pequeño trance, percatándose de que se trataba de una llamada entrante a su celular.
-Ale...- Murmuraría en voz baja ampliando su sonrisa y contestando casi de inmediato con mucha energía y emoción. -¡Hola!-
-¡Jory!- Se oyó decir al otro lado de la llamada, haciendo reír de forma tonta al nombrado. -¿Estás en casa?-
El pelinegro se apoyaría un poco en el pequeño escritorio que se encontraba frente a él, asintiendo de manera inconsciente antes de responderle. -Si, estoy en casa, ¿ya vienes?-
Ciertamente Jory se hallaba en la casa de Ale, ya llevaban bastante tiempo viviendo juntos, y ambos disfrutaban mucho la compañía del otro.
-Voy llegando en veinte minutos- El oír aquello hizo que Jory se emocionara aún más, pero antes de contestarle a su novio lo oyó decir algo más. -¿Quieres salir hoy?-
-¿Salir?- Preguntaría el pelinegro en tono divertido y algo curioso. -Claro, ¿a dónde?-
Una risita se pudo escuchar al otro lado del teléfono. -Es una sorpresa, tonto- Ese comentario logro hacer que Jory volviera a reír enternecido. -Nos vemos ahora, ¿si?-
El pelinegro se mordería el labio inferior levemente y no podría ocultar su emoción en su tono de voz. -¡Nos vemos ahora!- Y con eso, finalizaron la llamada.
La emoción y la alegría serían emociones que se apoderarían de cada parte de Jory, haciéndolo divagar un poco en sus pensamientos y, pasados unos pocos minutos se percataría de que no había terminado de escribir su carta para su rubio favorito, para su novio, para Ale, tomando nuevamente la postura para continuar escribiendo y procediendo a hacerlo.
"Como mencioné en un principio de esta carta, a veces no logro hallar las palabras para explicar muchas cosas... en estos momentos no logro hallar las palabras exactas y precisas para poder explicar mi eterna gratitud hacia ti por todo lo que has hecho por mi a lo largo de todo este tiempo que hemos pasado juntos.
Antes de conocerte mi mundo era una fotografía en blanco y negro, sin vida, sin color, sin emoción... pero llegaste tú. Llegaste tú y, a pesar de no habernos llevado muy bien en el principio, nosotros logramos superar cualquier diferencia que pudimos haber tenido en el momento y nos fuimos acercando entre nosotros, creando un fuerte lazo que nos unirá por siempre y para siempre.
Tú has hecho muchas cosas por mi: Me has ayudado, apoyado y escuchado en mis peores momentos; nunca, a pesar de los problemas que te he causado, me has dejado solo, nunca te has ido de mi lado; me amaste (y me amas) por quien soy, por como soy, y has logrado ver partes de mi que nunca nadie había visto y que ni yo sabía que existían; simplemente llegaste a mi vida y te quedaste... y yo te voy a agradecer por todo eso.
A pesar de que tú afirmes que no debo agradecerte, yo siempre lo voy a hacer, aunque sea en mis pensamientos, porque de verdad has hecho tanto por mi, y es algo que tendré siempre en mi corazón y que siempre voy a apreciar infinitamente."
El rostro de Jory se encontraría iluminado, iluminado por la emoción, felicidad, satisfacción, cariño y amor con el que terminaba de escribir las últimas palabras de dicha carta, las cuales salían directamente desde su corazón para plasmarse en el papel sólo para Ale.
Jory, tomando un aliento final, escribiría las palabras que finalizarían su carta:
"Ale, yo siempre estaré agradecido, eterna e infinitamente agradecido, por todo lo que has hecho por mi. Gracias por tanto, gracias por todo. Te amo, te amo tanto y siempre lo haré, nunca lo olvides, ¿si? Es la verdad.
Siempre tuyo, Jory."
Y sin más guardaría la carta en un sobre, dejándola encima de la mesita de noche del destinatario, sonriendo satisfecho de su trabajo y murmurando un «te amo» al salir de la habitación, imaginando con mucha ilusión y mucho anhelo lo que habría de pensar Ale al respecto.
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A boy with no name
General FictionJory Frances, veinticinco años. Hijo de Pierre Frances, un mercenario, desalmado y avaricioso hombre capaz de hacer todo lo que a su alcance se encuentre para obtener dinero, dinero y más dinero, todo por beneficio propio. Jory se ha visto afectado...