El Mundo de los Sueños.

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Esa noche, en mis sueños, lo único que habitaba mi mente era Ángel.

Nos soñé abrasados, recostados en algún parque, acariciando nuestros rostros y terminando la escena con un beso, o paseando por la ciudad tomados de las manos, riendo antes de que nuestros labios se volvieran a unir, o entrando a un café donde pedíamos alguna soda antes de darnos un besito, o incluso enredando nuestras lenguas en la escuela en frente de todo mi grupo. Nos soñé en todas partes, en todas las horas, en todos los climas y en cada escena todo terminaba en un beso.

Al despertar algo en el ambiente había cambiado, todo se veía diferente pero al mismo tiempo era igual que siempre. Me levante de la cama, retire los tacones que aún tenía de la noche anterior en mis pies, camine por la cálida alfombra de la habitación, me detuve enfrente del espejo y el reflejo en él me hizo entender que era eso que había cambiado, era yo.

Anahí estaba en mi espejo, tan femenina, tan delicada, tan mujer... No tenía ningún rastro, marca o cicatriz de que alguna vez no lo hubiese sido.

De pronto, los recuerdos de noche anterior y mis sueños llegaban a mí como destellos de una vida pasada que comenzaba a recordar.

Sin darme cuenta comencé a platicar con mi yo interior.

-¿Qué ha ocurrido?

-Ángel me beso.

–No, nos besamos.

-Pero él me beso primero.

-Pero yo también lo bese.

-¿Me gusto?

-Sí, me gusto.

-Eso está mal, no me puede gustar un beso de un chico.

-Es solo un beso ¿Tiene algo de malo que un hombre y una mujer se besen?

En ese momento mi mente quedo clara, soy una mujer.

Ya no solo me había acostumbrado a vestirme como una chica, lo disfrutaba. Me encantaba verme con maquillaje, usar tacones y ni hablar de mis amadas pantimedias. Pero lo que realmente me hacía feliz era que todo mundo me trataban como a una mujer.

Camino hacia el baño para darme una merecida ducha, me quito toda mi ropa y me observo en el espejo del baño y por primera vez no me agrada lo que veo, aunque mi cintura es muy delgada el resto de mi cuerpo me parece algo incómodo, me sigo viendo femenina pero sin duda algo está mal conmigo, no me gusta, quizá mi madre tenía razón, necesito bajar de peso ¿Cómo me veré más delgada? Si tan solo tuviera senos mi reflejo sería más lindo.

El resto de ese día fue como cualquier otro domingo, pero al dormir, mi sueño era el mismo que el de la noche pasada, solo que esta vez lo disfrute mucho más.

Al regresar a la escuela me sentía nerviosa por ver a Ángel, pero nuestros caminos no se pudieron encontrar, incluso me di un par de vueltas en donde los muchachos entrenan y él no estaba allí. Me sentía un poco tonta yendo a buscar a un chico, pero realmente lo quería ver.

Por las tardes empecé a investigar en Internet, que podía hacer para que mi cuerpo se viera más femenino y encontré una gran cantidad de información, pero principalmente relatos de niñas como yo, que tenían que vivir algún tiempo como mujeres. Lo más interesante de esas historias fueron los aditamentos que utilizaban para lograr esos cuerpos y lo mejor de ellos es que todos existen en la realidad.

Encontré una tienda Online que se dedica a vender todo tipo de accesorios de látex que se ponen en la piel y es prácticamente imposible que alguien note que no son reales, ellos comparaban tu tono de piel e igualaba el color del látex. Había más modelos de los que podría recordar, pero 2 de ellos me enamoraron. Una pataleta que empezaba en la cintura y terminaba arriba de las rodillas, hacía aumento de cadera, glúteos y simulaba los órganos femeninos, se conectaba por una manguerita al pene y por conducto anal, se recomendaba un pegamento quirúrgico para no se zafaran al momento de ir al baño, pero el pegamento duraba aproximadamente 3 meses. Y también me gustaron unos explanes, era como una especies de top que dejaba por enfrente unos perfectos y muy reales senos, también se recomendaba el mismo pegamento para evitar que se llegara a marcar alguna arruga en la espalda u hombros.

Mequede sentada enfrente del monitor por bastantes minutos, visualizándome enellos puestos, no había duda, desnuda me vería como cualquier mujer. Erancostosos pero con el dinero que había ganado en la cafetería podría costearlossin problemas. Así que no lo pensé más antes de ordenar los productos. Mandemis mediadas y una foto de mi torso desnudo para que igualaran el tono,tardarían 6 días en llegar ya que son productos especializados y únicos paracada cliente. 

Travesti después de la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora