Infiltrado-2 Parte

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Piar de pájaros se dejaba oír por la soleada aldea de la hoja, que era bañada por los rayos del iluminador sol que brillaba en lo alto, expectante por ver que nuevas cosas ocurrían en el lugar. Movimientos de shinobis por todo el lugar, atraía levemente la mirada de los civiles, comerciantes y niños que ya se encontraban despiertos, fuera de sus hogares.

En la torre más céntrica del pueblo, justo debajo de la mirada analítica de los cuatro rostros gravados en la montaña, se encontraban tres figuras, las más importantes y poderosas de Konoha, estaban teniendo una importante reunión, ajena de oídos externos. Solo los guardias que se encontraban en la sala, oían y veían lo que estaba ocurriendo en ese lugar.

Giró sus ojos zafiros, mirando al dúo de Sannin que estaban de pie, mirando al hombre de cabellera rubia puntiaguda que se encontraba de pie, mirando por el enorme ventanal hacia el que era su pueblo. Una gabardina blanca, con llamas rojas y los kanjis de "Cuarto", adornaba el unforme de Jounin que este hombre llevaba.

Minato:las cosas están tensas, Jiraiya-sensei—sus ojos, que normalmente brillaban con la calidez propia de un hombre alegre, ahora demostraban una frialdad propia de

un iceberg—. Otogakure está reuniendo shinobis con buenas habilidades que cuentan con líneas de sangre realmente extrañas.

Tsunade abrió los ojos todo lo que pudo. Expresaban asombro temor, un miedo real ante la posibilidad de que las palabras del hombre joven se cumplieran. No se podía permitir que su antiguo compañero de equipo, aquel que había traicionado a su hogar, lograra el objetivo que estaba persiguiendo. Seguramente el repentino aumento de ninjas en esa pequeña aldea, sería una clara amenaza para ellos. Y no contaban con los efectivos necesarios para hacer frente a otra invasión. No ahora, que Uchiha Naruto les había declarado la guerra. Iba a por sus cabezas.

Jiraiya:hmp, Taki, Kusa y Kumo no están en buenos acuerdos con nostros, Minato—declaró el hombre de cabellera blanca, como si fuera la de un erizo—. Es muy probable que la cascada y la hierba se unan al sonido si Orochimaru nos decide atacar—el Gama-sannin rascó su barbilla, intentando poner pose pensativa—; y claramente el concejal Shimura, no estará quieto. Seguramente tiene las manos metidas en todo esto. Algo tendrá que ganar.

Tsunade:¿Shimura? ¿Qué puede sacar de todo esto?

Jiraiya:poder, lady Tsunade, poder—miró a la que fue su compañera de equipo durante unos segundos. Recordó muchas de las cosas que vivieron juntos mientras la miraba. Se volvió hacia el que fue su alumno—. Tendrás un

plan para poder sobrellevar esto, ¿no?

El Relámpago Amarillo de Konoha, se giró para mirar a su antiguo maestro con esos ojos duros que no se habían ido en todo el rato.

Minato:por supuesto, sensei. Siempre tengo un plan a mano para emergencias de este tipo.

Un ligero crujido, y la puerta de la estancia se abrió, dejando a la vista a una joven de cabellera roja y ojos lilas que sonrió a los tres adultos presentes.

Mito:¿me mandaste llamar, Otou-san?—pregunto la chica, con los relucientes dientes brillando en una enorme sonrisa.

Minato:si, Mito—contestó el hombre de cabellera rubia puntiaguda. La seriedad volvió a relucir en sus ojos como dos zafiros—. Tengo una misión de lo más urgente para ti y uno de mis más fieles ANBU.

Namikaze Mito asintió, esperando las instrucciones de su padre, el Yondaime Hokage. Mito, a pesar de ser una recién ascendida Chunnin, conocía ciertas cosas que ocurrían en la aldea. Las diversas desapariciones de ninjas a lo largo de los últimos meses, habían puesto en alerta al resto de las fuerzas de la hoja. Incluso el Hokage se había visto obligado a recurrir a los ANBU, los mejores ninjas con los que contaba.

El nieto de  LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora