¡Declaración de guerra!

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Hojas caían de los árboles, cuando un sombra se movía veloz por las copas de los árboles, meneando las ramas, sonido que se oía por todo el bosque cercano a Kumo, la aldea de la nube. Un objeto alargado, se veía en la espalda de este shinobi. Abanico gigante de nombre gunbai. El joven Uchiha, saltaba de una rama a otra, nada más la planta de sus pies rozaba la madera. Tenia prisa. Mucha.

Había planeado quedarse en Kumo, entrenando su manejo en Raiton y poder unirlo a su Katon. Quería descubrir que pasaba si unía esos elementos. Ya podría Enton gracias a su Magenkyou; Futton a la unión de Katon y Suiton y Mokuton por su Kekkei Genkai de parte de su abuelo. Sin duda, un shinobi perfecto. Pero sobre su cabeza, pesaban muchas recompensas. No podía moverse libremente por el continente así. Caza recompensas y mercenarios lo perseguían nada más verlo. Era frustrante. Los habría matado a todos si no hubiera estado tan ocupado.

Traspasó un árbol frente a él, como si de un fantasma se tratara. Kamui útil en los saltos. Chasqueó la lengua, mientras mechones de pelo caían sobre sus ojos, que desvelaban un un ligero brillo rojo.

Equipo 7 y 10

Hatake Kakashi suspiro con cansancio. Sudor caía por su rostro, empapando ligeramente la máscara que portaba. El Magenkyou Sharingan relucía en su ojo izquierdo, que miraba con furia a los Akatsuki frente a él: Hidan y Kakuzu, el Dúo Inmortal del grupo de nunekin de rango S. Con una rodilla en tierra, el Hatake posó su mano derecha en el suelo, mientras miraba con recelo los movimientos de ambos. No le quedaba mucho chakra para enfrentarlos.

Con un rugido, una sombra naranja y negra, cayó frente al Jōnin del equipo 7, con los mechones de cabello rubio moviéndose levemente. Con una leve nube de polvo, se posó frente al hijo del Colmillo Blanco. Alzó sus ojos, rojos con la pupila rasgada.

Menma:bastardos-siseō. Furia, maldad es lo que exudaba su chakra maligno-. Os matare por la muerte de Asuma-sensei.

Hidan:fue un gran sacrificio para Jashin-sama-refutó el antiguo monje de cabello gris, mientras la guadaña se movía, cortando el viento.

Kakuzu:nuestra misión está completada-gruñó Kakuzu de los Mil Corazones, mientras reía tras su máscara. Sus ojos, revelaban una maldad pura.

Namikaze Menma, apretó los puños. Chakra del Kyūbi rodeaba su cuerpo, filtrándose a través de su sello. Estaba furioso. Sabía cómo el equipo 10 debía de sentirse. Tenia que matar a estos dos lo antes posible, algo realmente difícil. Dos nunekin S, serían un reto para él mismo. Pero dejar a su sensei a la suerte, sería peor.

Ligeramente, movió la pierna derecha hacia el frente. Ambos Akatsuki, ya habían matado al monje de nombre Sora que portaba algo de chakra del Kyūbi. No había que permitir su escape.

Kunai se movió hacia su mano, revelando tener tres puntas. Lanzó el arma contra ambos hombres inmortales. Vería hasta que punto ambos podían resistir.

Hidan vio como el kunai se movía a través del viento, claramente con la intención de clavarse en su cuerpo. Con hábil movimiento, atrapó el arma, con la intención de devolverlo a su dueño. Un destello naranja, nubló su vista, obligando a cerrar ambos ojos a la fuerza. Sintió como algo abrasaba su piel, y salía disparado hacia atrás, atravesando el bosque.

Giró, con otra esfera de chakra azul en su mano, pero esta vez con hojas de viento girando, como si de un shuriken se tratara.

Menma:Rasen-shuriken.

Jutsu fue lanzado contra el ex shinobi de Takigakure, que no había salido aún del shock tras el rápido movimiento del shinobi de Konoha. Estallido de chakra y viento, azotó el claro con fuerza, mientras el resto de miembros miraban.

El nieto de  LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora