¡Soy un Uchiha!

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Sangre caía gota a gota, manchando el suelo con un pequeño charco que se iba formando por estas, que escapaban de su dueño por una abertura no deseada. Un gruñido se dejó oír de los labios del herido, que alzo levemente​ su cabeza. Sus ojos azul oscuro reflejaban una gran determinación y una voluntad inquebrantable. Sin duda era la viva imagen de los Senju, y aquellos que portaran la voluntad de fuego de Konohagakure.

Uchiha Naruto se puso de pie por centésima vez en el día. Varias heridas surcaban su cuerpo entero, o al menos el torso, que era junto a la cara, lo que más a la vista estaba. Se veía sudor recorrer cada centímetro de piel, juntándose con la sangre y causando una leve molestia en el chico de cabello negro. La sal se filtraba por cada arañazo, causando que este se queje levemente. No era algo grave, claramente, pero si molesto. Tenia​ muchas heridas por todo su torso.

Respiro agitadamente, mientras muevan el Magenkyo se activaba en sus ojos tras pasar por el Sharingan de tres tomoes. Ya llevaba tres semanas usando este nivel del Sharingan, y empezaba a notar los pequeños daños que causaba. Notaba la ceguera que empezaba a recaer sobre sus ojos, aunque lo paliaba​ usando el Sharingan maduro. Ya no le dolía tanto usar la evolución de su dojutsu y podía seguir más la velocidad de su sensei.

Movió levemente sus ojos hacia la derecha. Una rama se movió levemente y unas hojas cayeron al suelo.

Naruto:Katon: Bolas Cabeza de Dragón—disparo una serie de bolas de fuego con forma de cabeza de dragón hacia la rama donde había oído movimiento.

La rana se convirtió en cenizas puras, que cayeron sobre el suelo. No había nadie.

Veloz, salto hacia la derecha, esquivando una lluvia de kunais que iban dirigidos hacia el. Mangekyo giro levemente. Las armas arrojadizas se movían lentamente ante sus nuevos ojos.

Nada más sus pies tocaron el suelo, empezó a temblar y quebrarse. Unas serpientes salieron del suelo, con la intención de devorar a su presa.

Naruto:Katon: Flama de Fénix—escupió una llamarada, que dio de lleno en el hocico de la primera serpiente de color marrón. Giro, esquivando a la segunda nuevamente. Llego a una rama y otra secuencia de sellos empezó a formarse—. Raiton: Lobo Eléctrico.

Un lobo se formó de rayos, y se abalanzó sobre la segunda serpiente y cerró la mandíbula sobre esta. Estalló en rayos, que carbonizaron a esta. Ambas, desaparecieron en una nube de humo blanco.

Suspiro escapó de sus labios. Nuevamente sudaba por culpa de los jutsus. Casi no le quedaba chakra. En este tiempo, no había descansado para recuperarse de todo su entrenamiento.

Uchiha movió su cuello, crujiendo sus huesos.

¿?:sin duda tu nivel ha mejorado, Naruto-kun—sentenció una voz ligeramente aguda que salió de algún lugar. Una figura empezó a salir de la tierra, dejando ver un rostro pálido muy semejante a una serpiente, con marcas moradas y unos ojos amarillos de reptil—. Tienes una gran reacción y unos excelentes reflejos.

Naruto miro a su maestro por este mes. Aún no entendía el motivo de porque había aceptado, pero ya no había marcha atrás. Orochimaru miraba al chico, esperando una respuesta o al menos que le dirigiera la palabra.

Naruto:todo es gracias a ti—respondió, pasando del Magenkyo al Sharingan. No convenía tenerlo activado si no iba a pelear con nadie o a entrenar—. Controlo muy bien Magenkyo gracias a cada enfrentamiento contra ti.

El Sannin río ligeramente. Sin duda este chico era un diamante en bruto. En este tiempo, había aprendido muchos jutsus distintos que el antiguo alumno del Sandaime había enseñado a su pupilo. También el control con el Magenkyo había aumentado.

El nieto de  LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora