Takao quería abofetear a Shintaro por pendejo.Realmente quería hacerlo, pero al ver la bonita cara del más alto las ganas se esfumaban como el humo.
¡Maldita zanahoria con patas!
¿Qué acaso no podía notar que Kazunari se estaba muriendo por sus huesitos?
Takao le había enviado miles de señales. Le sonreía, lo miraba con cariño, le regalaba cosas, lo acompañaba a casa y el muy maldito ni lo notaba.
Estaba frustrado. Volviéndose loco. Y tal vez pronto terminaría calvo de tanto jalar se cabello por el enojo.
Friendzoneado, solo y, aparte, calvo.
Genial.
Haste le dedicó la canción de Me gustas tú de GFriend y nada. Shintaro pensó que era una de las normales bromas del más bajo y pasó de largo.
Pisoteando sus sentimientos.
—Ya, Takaocchi, deja de llorar —dijo Kise mirándolo con penita.
—Ay, ¿Cómo? Tú nunca haz sido friendzoneado.
—Pues no, soy muy lindo como para serlo.
—¿Eso me tiene que hacer sentir mejor?
—¿Si?
—Pues jódete. Eres un pésimo amigo.
—Auch.
Takao ignoró al rubio, escondiendo la cabeza entre sus brazos. Tratando de encontrar un poco de su dignidad para ya rendirse de una vez por todas. Cabe decir que no encontró nada.
Ni su propia dignidad lo quería.
—Quizá si fueras directo con él podrías obtener lo que deseas.
—No, no puedo hacer eso.
—¿Por?
—Porque la historia sería muy aburrida~
—Ah, bueno... Eres un poco complicado, Takaocchi...
—Ya, cállate.
Minutos después el rubio se fue. Dejando a Takao solo en aquel bar que no conocía, ahogándose en alcohol mientras en su mente se reproducía Signal de Twice.
Tal vez, y solo tal vez, debió de haber seguido aquel consejos de Kise desde el principio. Porque ya era adulto y los adultos maduros eran claros y directos en lo que querían. Pero tenía un problema. Él no era maduro. En su cuerpo aún habitaba el Takao adolescente que era muy penoso y no contaba con los cojones como para declararse a su crush desde secundaria.
Cuando el nivel de alcohol en sus venas aumento al punto de ya no poder distinguir la izquierda de la derecha tomó la estúpida desición de tomar su teléfono y marcar el número que sabía de memoria. Número que tenía agendado como Shin-Chan y muchos corazones rosas. Ese impulso de valor se aprovecharía.
Llevó el teléfono a su oreja y cuando escucho la grave voz de Shintaro despues del segundo timbre todo el valor lo abandonó.
—¿Bakao?
—Sip. Hola, Zanahoria-Chan~
—¿Estás ebrio?
—No, no, no... Bueno sí, pero solo un poquillo~
—¿Dónde estás?
—¿Yo? —murmuró con una boba sonrisa.
—Sí
—Pues en Japón, tontin.
—¿Ibas con alguien?
—Con Kise. Pero el muy estúpido me abandonó. Si me violan aquí el culpable será la rubia mal teñida —la voz de Takao era arrastrada y risitas escapaban de sus labios de vez en cuando.
—Ahora mismo le llamo y voy por tí. No te muevas de ahí, Bakao.
—No, no vengas.
—¿Por qué?
—Por que eres malooo~
—¿De qué hablas?
—Signal bune~ Jirit, jirit, jirit, jirit
—¿Estás cansando una canción de Twice?
—Es una dedicación, para tiiiii~
Una ligera risa se escuchó desde el otro lado y Takao volvío a sonreír como estúpido.
—¿Acaso te estás declarando?
—Oh, ¿al fin te diste cuenta, Shin-Chan?
—¿Se supone que debía de saberlo?
Takao se quedó callado y las ganas de golpear a Shintaro invadieron nuevamente su cuerpo.
Al notar el silencio el peliverde río suavemente y volvió a hablar.
—No te muevas de ahí que voy por tí. Y ¿Bakao?
—¡¿Qué?! ¿Me vas a rechazar ahora que conoces mis sentimientos?
—No.
—¿Entonces?
—Yo también te quiero.
Y se cortó la llamada.
Takao ya no sabía si quería golpear a Shintaro o besarlo.
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Un año sin actualizar.
Probablemente ya nadie lea esto y les pido un enorme perdón por todo.
Espero que lo disfrutarán ^^
Esta inspirado en la canción de Twice y esto lo escribí cuando la canción salió—eso fue hace mucho—.
