›21 Noche para fugarse

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Vigésimo primer capítulo

Noche para fugarse.

🌷

Mi pie taconea contra el piso alfombrado una y otra vez manteniendo el ritmo.

Sólo dos palabras rondan en mi cabeza ahora mismo:

Christa... Londres.

Creo que no es oficial, no hay una fecha de salida.

Oh no...

¿Y sí piensan largarse sin avisar?

Me agarro el cabello en la parte de la sienes y suelto un resoplido. Necesito calmarme, ella no se irá a ninguna parte.

Y hay otra cosa que no quiero pasar esta noche.
La cena familiar, la innecesaria e hipócrita cena familiar.

Pero... Me voy a escapar. Todos nos largaremos o por lo menos, Connie, Sasha, Jean y yo.

Mi madre dejo tendido el vestido de tul color celeste pastel en la cama, el que quiere que use esta noche. Bueno, el que estoy usando para hacer la fachada.

Me levanto de la cama y trato de dar dos pasos con estos pequeños pero finos tacones de aguja que tienen lo zapatos negros que me regaló mamá.

-¡Ags! ¡Maldición, esto apesta!-Maldigo antes de cruzar la puerta de mi habitación y encontrar el pasillo. Ya aquí afuera se escucha la risa de mi abuelo a la par de los murmuros en la voz chillona de mamá.

Bajo las escaleras enterrando las uñas al barandal de madera, con un así, podría perder el equilibrio. Por más que mamá intente hacerme el hábito de usar tacones, nunca aprendí ni aprenderé.

O solamente es porque no me gusta, no porque me parezcan tontos o que no soy femenina, sino que son incómodos y creo que también es la parte de no querer hacerle caso a mamá creando su muñequita de feria.

-Ymir-Me saluda mi padre con el entusiasmo natural en él. Sus ojos observan mi atuendo y una sonrisa curva sus labios.

-Buenas noches padre-Le dedico una sonrisa y me acerco a él. El abuelo le acompaña y su mirada es tan penetrante y mantiene superioridad, como siempre.

-Te ves bonita-Comenta papá y sujeta mi mano la que por cierto lleva un guante corto color perla pero con lindo encaje, no voy a negarlo.

-Gracias-Le respondo con una sonrisa y me dirijo a la sala. La abuela me da una mirada corta pero tenue y me regala una leve sonrisa.

A diferencia de mamá, ella me ve como si supiera de ante mano que planeo fugarme, como si me advirtiera que ni se me ocurra dejarla burlada esta noche.

-Preparada primita-Una voz masculino vibra en mi oído. La voz de Jean tratando de ser el galán, como dice su smoking.

-Bonito corbatín-Le digo sincera, le da vida al traje. Es lo único rojo en el traje, ya que lo demás es el pantalón, zapatos y saco negro en conjunto con la camisa blanca bajo el saco.

-Lo sé-Dice con esa típica sonrisa de presumido.

Esperamos fingiendo estar ahí, queriendo estar, tan sólo por unos minutos y cuando avisan que la cena esta lista todos empiezan a irse al comedor, donde se supone esta Connie ayudandole voluntariamente a Sasha a colocarla mesa.

Contra Corriente. Yumikuri ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora