MI PECADO, TU PECADO: LA LUJURIA (TERMINADA)

MI PECADO

Este es un three-shot, especial, ya que celebra los 1k de seguidores, estoy muy feliz por eso.

Muchas gracias por leer, votar y comentar en mis historias.

L@s quiero a tod@s ❤

Advertencia:

Levi es mas alto que Eren.

Se hablara sobre religión.

Levi tiene 30 años y Eren 14.

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Era inicios de primavera.

La flora del lugar, era increiblemente hermosa, sobre todo el primavera, cuando las flores florecian y dejaban ver sus hermosos colores.

Era un pueblo tranquilo, muchos niños y niñas, mujeres y sus esposos, todos creyentes y serviles a la iglesia.

Habían pasado 5 años de la segunda guerra mundial.

Muchos no volvieron.

Desaparecieron o murieron durante la guerra.

Todos los domingos, los creyentes iban a la iglesia para asistir a la misa. 

El sacerdote de la iglesia, fue derivado a otra, ya que estaba cerca de sus familiares.

Las personas lo despidieron, pero el dijo que otro sacerdote y mas joven iba a llegar a reemplazarlo.

Y ese día llego.

Las personas recibieron al nuevo sacerdote con alegría.

-¡Bienvenido!-Le decían las mujeres y niños.

-Hola....-El hombre estaba con su vestimenta y un sombrero para cubrirse del sol-Muchas gracias por esta bienvenida...-

-Gracias a usted por venir con nosotros...-

-Si...-El azabache miraba a las sonrientes familias.

-¿Como se llama?-Le pregunto un niño.

-Levi... Levi Ackerman...-Se quito el sombrero.

Las personas fueron a dejar al sacerdote en la iglesia.

-Nuevamente Bienvenido...-Las personas se alejaron del azabache, quien entro a la iglesia.

-Permiso...-Susurro.

Se percigno frente a la cruz.

Tenia solo una pequeña maleta, donde tenia todo lo necesario y su santa Biblia.

Fue a la parte de atrás de la iglesia, donde había una pequeña cabaña.

Entro y todo era acogedor.

Con una pequeña estufa de fuego, una cocina, en una habitación estaba la cama con las sabanas y mantas dobladas y ordenadas sobre ella.

Dejo su maleta y decidió visitar el pueblo, poniéndose el sombrero, para no dañar su piel.

Saludaba a las personas mientras pasaba.

Ya todos sabían su nombre y en la próxima misa ya iba a saber los nombres de los creyentes.

Un olor agradable llego a sus fosas nasales.

Había una pequeña panadería, se dirigió a ella y entro.

El olor a galleta y a pan era muy delicioso.

-Hola...-Una mujer se acerco y tomo las manos del sacerdote- mucho gusto... me alegra de que haya llegado...-le sonrió.