MI FRUTO PROHIBIDO

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Ambos estaban en un bosque cercano.

Su lugar secreto.

Levi había aceptado sus pecados y no se arrepentía de ellos.

El azabache reposaba su espalda en un árbol, un sauce para ser preciso.

Tenia una navaja en una mano y en la otra una roja y jugosa manzana.

Aunque en la Biblia no se especifica que fruta era, pero el "fruto prohibido" hizo que Adán y Eva perdieran el paraíso y se convirtieran en unos pecadores.

Miraba la manzana, ese no era su fruto prohibido. Si no que el castaño de hermosos ojos.

Ese chico es su perdición, su más grande pecado, pero al mismo tiempo, su gran amor.

Comenzó a pelar la manzana, dejando la cáscara en un pequeño hoyo.

-¿Te gusta leer...?-Pregunto al castaño.

-Si... es entretenido... muy entretenido... y me distrae de toda la miseria que trajo la guerra consigo...-El castaño tenia un libro en sus manos.

Eren estaba sentado entre las piernas del azabache, reposando su espalda en los pectorales y abdominales de Levi.

-Si... mejor... lee...-Termino de pelar la manzana-¿Quieres manzana?-corto un pedazo para el castaño.

-Si...-Eren giro en su eje, dejando sus piernas sobre las del azabache.

Tomo la manzana, cerro el libro y comenzó a comerla.

-¿Como esta?-le pregunto.

-Dulce...-Le sonrio-Esta rica y dulce... muy dulce... me gusta...-

-Que bueno...-Levi corto un trozo para él.

Si, la manzana estaba muy dulce, pero no tanto como los besos que se daba con el castaño.

Eren apoyo su cabeza en el hombro del azabache, dejo el libro de lado y le beso la mejilla.

Levi le acaricio las piernas desnudas.

La mayoría de sus vestimentas se secaban en las ramas de los árboles.

Había un riachuelo, se mojaron y jugaron bastante.

Comenzaron a besarse, sus cuerpos fríos por lo mojado, comenzaban a subir de temperatura.

Sus lenguas se movían dentro de la boca del castaño.

Los suspiros que morían en la boca del azabache lo excitaban.

Acariciar los muslos del castaño, su suave piel.

Hacerlo suyo.

Escuchar sus gemidos agudos y sus ojos llorosos.

Su cabello humedo.

El delicioso sabor de su piel.

Sus cuerpos sudados.

Los movimientos algo bruscos y al mismo tiempo delicados.

-Aah...-tiro el cabello del azabache, mientras que este lamia sus pezones-S-señor Levi...-

-Te deseo...-Le sujetaba con una mano la cintura y con la otra la cadera.

Su miembro ya estaba en el interior del castaño.

Esa exquisita sensación siempre era la misma.

Su fruto prohibido, su Eren lo ayudaba alcanzar el paraíso las veces que quisiera.

La manzana estaba en el suelo, sucia por la tierra suelta.

Ellos eran los testigos de aquel acto pecaminoso, pero hermoso.

MI PECADO, TU PECADO: LA LUJURIA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora