2: Antilef

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Desperté en en un lugar que podría considerar mi origen; Las Palmas, una isla boscosa que forma parte de España.

Fue bastante difícil quedarme ahí para intentar vivir, no tenía a nadie, es como si me hubiesen mandado aquí solo para morir sin nadie a mi lado; Pero lo logré, a pesar de mi corta edad, era especial, todo lo que construí y lo que soy ha sido gracias a mi

Llegué aquí a una edad aproximada a los 6 años, y es que casualmente solamente recuerdo cosas muy vanales y especificas como mi nombre, mi edad y... Una idea muy vacía de "Mi mejor amigo" Aunque en realidad sólo es un nombre y una palpable sensación de que es lo único que me queda.

Salí de mi isla a los 12 años en un pequeño barco que hacía un recorrido para muchas mercancías vía marítima, llegué a Cadíz un 12 de Octubre de 2012, busqué un trabajo que me permitiera seguir sobreviviendo, como lo habia hecho siempre. Un 12 de febrero de 2013 conseguí el dinero suficiente para pagarme un boleto de contrabando a Córdoba, España. Pues por la edad que tenía era imposible que viajara solo.

Pasé 4 años en Córdoba, hice amigos que me abrieron las puertas de sus hogares y me ayudaron a vivir mejor (Ah, y por si se lo preguntan, sí, sé leer, escribir, matemáticas, química y poco de física, no soy un simio, crecer completamente solo no quiere decir que crecí en una jaula)

Comencé a vivir mejor pero aun así, seguía siendo un menor de edad y por ende, no podía tener acceso a  muchas cosas, Daniel, uno de mis grandes amigos puede que sea quien más me ayudó durante todo este tiempo, sus padres me dieron su apellido (anda tu a saber como lo hicieron, pero lo hicieron). Tuve más facilidades para poder vivir, ya no a sobrevivir... Y pude sentirme en casa por primera vez.

A los 16 decidí ir a Madrid, José, Ana y Daniel me permitieron (Y digo permitieron por que me ayudaron muchísimo a lograrlo) ir a la ciudad más "importante" de España; Pagué mis boletos de avión y si, un 12 de septiembre partí camino a Madrid donde un amigo de mi familia me ayudaría a tener un pequeño piso, quizá no era mucho, pero era un lugar seguro.

Con tristeza y amor me despedí de mi "familia" y juré que en cuanto pudiera les compensaría todo lo que habían hecho por mi, desde el amor, la educación y mi formación para ser un buen hombre, hasta el tiempo, gastos y fe que pusieron en mi.

José, Ana, Daniel... Los amaré eternamente. 

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