7: Caos.

3 0 0
                                    

Antilef:

Nadie dijo nada durante el camino, Alice tomó mis manos con fuerza durante el largo viaje hasta que pagamos en una gasolinera a recargar los tanques de todos los coches, estábamos ya bastante alejados de la ciudad actualmente, helicópteros pasaban cada hora y nuevos estruendos a nuestro alrededor se hacían presentes, bajé del camper, seguía colgando en mi espalda esa M416 que arrebaté de los policías con los que peleé horas atrás.

No miré a nadie, crucé la carretera de sólo dos carriles y llegué a un pastizal enorme, miré el cielo y por primera vez en este largo día me dispuse a afrontar y hacerme caer en cuenta de lo que había pasado en la ciudad.

Sentía la mirada de todos los chicos sobre mi, pero nadie se acercó, y lo agradecía... Me encontraba en un estado de total ira, contra mí, los policías, los chicos, el mundo en general.

- ¡AHH! — Grité con todas mis fuerzas, y mi voz corrió por una larga onda de sonido — Mi familia — Susurré y rompí en llanto, caí sobre mis rodillas y no pude hacer más que darme cuenta que los dejé morir — Yo podía hacerlo, si hubiera disparado tal vez... Tal vez ellos hubieras podido salir — Comencé a decirme — Si hubiese llegado antes... Si... — Me interrumpió una mano que tocó mi hombro, era Zack, lo miré de reojo — ¡Tal vez si tú no me hubieras arrastrado a la camper ellos estarían aquí! — Dije empujando la mano de Zack, me puse de pie y lo encaré —

- Hermano, lo siento mucho — Dijo con lágrimas en sus ojos — De verdad entiendo lo que sientes

- ¡¿LO ENTIENDES?! POR FAVOR, NO TIENES NI PUTA IDEA DE COMO ME SIENTO — Dije con violencia y comencé a acercarme a él con rudeza — ME SEPARASTE DE ELLOS, LOS DEJASTE MORIR — Dije y lo lancé con toda mi fuerza, él cayó al pasto y se quedó ahí, inmóvil — Me arrebataste lo único que en toda mi vida pude considerar mi familia — Dije quebrándome de nuevo y mis ojos se cristalizaron —

- Hey hey hey! Antilef, oye viejo, tranquilo — Me dijo David mientras se acercaba a Zack y levantó las manos en señal de no querer problemas — Hicimos lo correcto, de no haber salido justo en ese momento todos estaríamos muertos — Tocó mi paciencia.
Caminé hacia él, la diferencia de estaturas era notoria, era más alto que él por mucho y la fuerza también lo era.

- ¿Todo está bien dijiste? — Dije mirándolo a los ojos con mi frente pegada a la de él, más hombres comenzaron a acercarse y estaban a la espectativa de lo que sucediera — Así de sencillo te parece decirlo, ¿No? Claro, tú familia está con vida y está contigo

- Cálmate, no es lo que quise dar a entender, es sólo que... No tienes que ser tan egoísta — Me contestó —

Lo abracé con fuerza y lo tiré al suelo, su espalda se estrelló con fuerza contra éste, me enderecé un poco y levanté mi puño, di un fuerte puñetazo en su mejilla, estaba dispuesto a continuar, no iba a permitir que dijera ese tipo de estupideces ahora mismo, era como una burla hacia mi.

Tomé impulso otra vez pero ahora otra persona me detuvo, sus manos delgadas y suaves tocaron mi brazo

- Antilef, basta, no tienes porque hacer esto, estás asustando a todo el mundo — Dijo Alice — Por favor, te lo ruego, no continúes.

Miré con rabia a David, mi puño seguía arriba esperando ser liberado contra su rostro. Pero no, quité la tención de mis brazos, me levanté y retrocedí, le había abierto el pómulo izquierdo, con eso era más que suficiente.

Alice se posó enfrente mío, intentó llamar mi atención, pero yo sólo podía ver al resto del grupo mirándome.

- ¡USTEDES NO TIENEN NI  IDEA DE LO QUE SIENTO! NO PUEDEN SIMPLEMENTE VENIR Y DECIR QUE TODO ESTÁ BIEN. NADA ESTÁ BIEN, EL MUNDO SE FUE A LA MIERDA Y LO ÚNICO QUE ERA MI POLO A TIERRA ERAN AQUELLAS PERSONAS QUE USTEDES DEJARON MORIR — Grité exaltado y las lágrimas corrieron por mis mejillas — ACABO DE PERDER A LO ÚNICO QUE PODÍA LLAMAR FAMILIA, ESTOY SOLO Y USTEDES NO TIENEN IDEA DE LO QUE ES CRECER ASÍ, Y DESPUÉS VOLVER AL MISMO PUNTO — Dije señalándolos a todos — ¡Ustedes no saben lo que es morir de esta manera, no lo saben! — Fue lo último que dije y regresé a la camper —

SutreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora