Capitulo 3- La reconciliación.

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Al llamar al timbre Mari se sorprende y nos invita a pasar. Sé que ella no es tan rencorosa como mi madre.

-Sólo os pido que lo arregléis, vamos a sentarnos, que hablando se entiende la gente- Les suplico.

Cuando mi madre ve a Pedro en el sofá tumbado con tan mal aspecto, le cambia la cara. Sé que en el fondo tiene corazón.

-Mira Mari, a mí me sentó muy mal que durante el tiempo que estuvisteis en Francia no nos hicierais apenas caso y creemos que invitasteis a nuestra hija en verano para remplazar de alguna manera a vuestro hijo- Dice mamá con toda la sinceridad del mundo. Por lo menos está siendo correcta...

-Nos quedamos con ella por agradeceros que aún yéndonos muy lejos hayáis seguido llamándonos y ayudándonos y para que Adriana estuviera bien durante el verano- Revate Mari.

-Yo sólo sé que nunca te has dejado ayudar- Comenta mi padre.

-Os aseguro que es muy difícil estar en un lugar donde todo te recuerda a tu hijo. Nos sentíamos una mierda de padres y por eso nos fuimos. Mari entró en depresión y era imposible no acordarnos de él y de los momentos buenos que pasamos cuando era pequeño, por ejemplo en la playa, con vosotros- Dice Pedro levantadose como puede del sofá.

-Y es entendible, pero nosotros lo vimos como que nos dabais plantón y ya no quisisteis saber nada de esta familia que tanto os apoyó. Creo que nos portamos muy bien para que pasara eso. Pero bueno, repito que es entendible. Supongo que es verte en la situación...-.

Me alegra mucho que tengan esta conversación. Creo que se están sincerando ambas parejas.

- El tema de lo de Paula y Adriana también lo quería zanjar- Dice Mari -Yo no sabía nada- Miro a Pedro y pone una cara extraña. Sé que el si sospechaba.

-Mira- Digo sin apenas dejar hablar a mis padres -Creo que no es nada malo que alguien se líe con quién le gusta, y tampoco es cosa de vosotros-.

-Yo no lo veo mal. En mi vida he vivido demasiadas cosas malas y he llegado a desear morirme con todas mis fuerzas, por lo que veo de lujo que dos personas que se gusten, tengan relaciones. Mi negra vida y mis ánimos nulos me han hecho dejar pasar oportunidades y momentos únicos. Lo importante es que te quiera sea quien sea la persona y te trate bien- Opina Mari y al escuchar la última frase me vienen a la mente los momentos bonitos con Paula... No duró mucho pero... Me trató de lujo- Que yo me alegro mucho de que estés con mi hijo y seáis felices, eh- Interrumpe ésta mis pensamientos mientras me agarra la mano y me habla en tono cariñoso. -Pues eso, que sólo es cuestión de abrir la mente amiga-.

-Creo que nos ha venido muy bien la conversación. Lo siento mucho por lo que dije cuando vinimos y monté ese espectáculo. Ahora que todo va de lujo y al final hemos resultado ser suegros de Fran espero que las cosas cambien- Dice mi madre entre lágrimas y se abrazan.

Dios, cómo esperaba este momento...

Aún así me parece muy triste que Mari, que la que peor salud mental tiene, le acabe de dar una hostia de realidad a mis padres.

Nos quedamos a cenar allí y les explico lo de las prácticas.

-Prometo ayudar con él...-.

Preparamos la habitación y me trae muchos recuerdos. Por esa ventana he saltado muchas veces... Y Paula, y Martini... Dice mi subconsciente.

Al día siguiente bajo a hacerles el desayuno a todos y Mari se lo lleva a Pedro a la cama.

-Delicioso Adriana- Escucho que me dice desde allí.

Mis padres se van pronto y llamo a Món para ver si está allí. Para ella también es sorpresa. Cuando se lo digo me asomo a la ventana y veo un coche Opel Zafira en la puerta. Es... El de Paula. A toda velocidad bajo y se lo digo a Mari mientras salgo corriendo de la casa.

Desenfreno en el pueblo 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora