Capítulo 2- El regreso.

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Al día siguiente salgo a la calle desesperada buscando trabajo.

-Hola Paula. Ayer no podía hablar, lo siento-. Le digo disculpándome camino de las mil tiendas a las que quiero pasar.

-No te preocupes, ¿Qué haces?- Me pregunta y la pongo un poco al día. Me gustaría encontrar trabajo. El curso lo llevo bien y creo que me daría tiempo a trabajar a media jornada, en unos meses hago las prácticas, pero me gustaría llevar más dinero... Al piso- Al cabo del rato saco la conversación- Volviendo a lo de ayer... Todas las decisiones son muy difíciles, pero creo que has elegido lo correcto. Tu abuela estará muy orgullosa de ti

-Si, ahora estoy segura de que no me arrepentiré. Te dejo que me voy para Barcelona, he descuidado el trabajo desde que llevo aquí y además tengo muchas ganas de ver a Annya. Pronto hablamos, gracias por todo- Me dice y me quedo perpleja.

-Nada, hasta pronto- Digo y cuelgo. ¿Quién será esa tal Annya? Qué pronto ha rehecho su vida.

Bueno, Adriana, creo que ahora mismo no es cuestión de pensar en eso, ha tienes bastante con lo tuyo.

Cuando llego a casa veo que tengo un WhatsApp de mi profesor de Funky, Alejandro.

-Tenemos que hablar. Te veo a las 20:00 en la cafetería de tu barrio- Joder... Sé que no me va a decir nada bueno.

Estoy allí puntual y me espero lo peor.

-Dichosos los ojos...- Me dice mientras me da dos besos.

-Lo siento mucho...- Le comento decepcionada conmigo misma.

-Has tenido suerte de que María de la Rosa me haya mandado a decirtelo y no lo haya hecho ella personalmente. ¿Qué coño te está pasando, Adriana? Desde el primer día dejamos bien claro que solo podría entrar a la academia gente que se lo tomara en serio y por el momento todos los profesores estamos muy decepcionados contigo. Fuiste la primera elegida para el certamen en el auditorio y ni nos has dado la oportunidad de decírtelo. ¿Tienes algún tipo de problema? ¿Te puedo ayudar en algo?- Me dice y ni si quiera en las clases lo había visto tan serio-.

Joder y joder. ¿Que estoy haciendo con mi vida?

- No tengo palabras para describir como me siento ahora mismo. Solo te puedo decir que estoy muy decepcionada conmigo misma, no estoy pasando por un buen momento y la academia me quita mínimo 4 horas al día. Lo he ido dejando hasta que al final...-.

-Adri, le estas quitando la plaza a alguien que quiza si que se quiera dedicarse única y exclusivamente al baile. Me duele en el alma pero creo que no es momento de continuar en la academia. El 80% de los profesores están de acuerdo en denegarte la beca, quizá algún día puedas retomarlo- Me dice agarrándome la mano -Cuando de verdad te lo propongas llegarás muy lejos-.

Vuelvo a mi casa con la mejor cara posible y mi padre me pregunta por la academia. Cómo es obvio, le miento.

-Genial, papá, hoy hemos salido antes -.

Tras dos meses pensando todo y echando mucho de menos a Martini cedo en quedar con el una vez más y me da una gran sorpresa. Al tenerlo al lado no puedo evitar el darle la oportunidad de decirme todo lo que quería: Me pide disculpas y la situación se aclara, no quiere saber nada de esa tal Verónica pero se hará cargo del niño todo lo que pueda.

-Esta vez todo irá mucho más despacio. Todavía no estoy preparada para volver a vivir contigo-.

Así lo hacemos y todo va muy bien hasta que a mi madre le da por molestar:

-¿Porqué coño nos mientes Adriana? No estás asistiendo a las clases de baile- Me dice y le cuento lo que ha pasado.

-Has desperdiciado la oportunidad de tu vida- Comenta mi padre y se monta una enorme discusión.

-Creo que no es el momento más oportuno. Estoy muy jodida buscando dónde coño hacer las prácticas y encima no encuentro trabajo para compaginarlo. Aquí no me contratarán en ninguna residencia- Entonces me llama Mari y subo a mi cuarto.

Pedro ha caído malo.

Llamo a Martini y me dice que también se acaba de enterar.

-No te imaginas lo liado que estoy, llevo 5 días sin poder verte, ¿tú crees que puedo irme ahora hasta Soténsan?-.

Por una parte lo entiendo, pero joder, es su padre.

Paso días pensando en ellos y ya he decidido algo.

Me pondré en contacto con la residencia cercana a Soténsan y si quieren, haré allí mis prácticas. Quizá luego me contraten para trabajar y así cuidaré de Pedro. Pensaré algo para que mis padres se vengan y así se reconcilien con los que ahora, quieran o no, son mis suegros.

-Lo tengo decidido ya, ¿tú quieres que trabaje o no?-.

-Si hija, pero...-.

-Paula no va a estar, tranquila-. Además Mon también se irá una temporada. Se lo debo a Mari y Pedro, y si no lo entendéis me da igual-.

-Bueno, la única condición es que nos iremos contiguo para realizar el papeleo, como comprenderás, después de tu mentira con el baile no nos fiamos- Dice mi madre y mi padre pone mala cara. Seguro que no le viene bien por el trabajo.

La verdad es que lo prefiero así, no me ha hecho falta tener que convencerlos.

Se lo comento a Martini, como me imaginaba, no le parece bien.

-Total, aquí nos vemos lo justo... Y además tus padres necesitan ayuda, cuando se enteraron de lo del bebé compraron la tierra del vecino para poder mandarte algo de dinero- Le digo un enfadada y parece que cambia un poco de opinión.

-Iré al pueblo todos los fines de semana que pueda- Me comenta molesto y sólo me queda esperar que lo entienda.

-Voy de sorpresa a Soténsan. Quizá me quede trabajando allí. Pedro está muy malo-. Le digo por WhatsApp a Paula. Ella me comentó que seguramente no iría hasta verano.

Cuando apenas le quedan a la semana Santa cuatro días, ponemos rumba a Soténsan.

Demasiadas horas de viaje para ir aguantando a mi madre.

-Te dejamos en la puerta de Mari y Pedro y nosotros nos largamos- Insiste.

Vamos directos a la residencia y no ponen ningún problema. Mi tutora de prácticas ya había contactado con el encargado.

-Es... ¡Impresionante!- Exclamo al ver las enormes instalaciones.

-Ojalá te contratasen aquí, tiene muy buena fama hija- Dice mi padre y lleva toda la razón.

Una vez firmados los papeles vamos a casa de Pedro y Mari y les suplico una y otra vez que pasen.

-Darles una última oportunidad y seguro que ellos harán lo mismo con vosotros. Me han tratado genial y siempre habéis sido muy buenos amigos. Además Pedro está malo, me llamaron el otro día- Mi madre me tacha de mentirosa pero le invito a pasar para que compruebe que Pedro está encamado.

-Está bien, pasaremos- Dice mi padre y convence a mi madre.

Desenfreno en el pueblo 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora