Capitulo 26: Hermosa Pesadilla

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Algo inesperado, algo extraordinario, algo diferente mezclado con los latidos del corazón que corre desesperadamente.

Un beso tan cálido y reconfortable, que las penas se olvidan de un momento a otro, no importa la sangre, no importa el odio, la venganza, el dolor. Solo son ellos dos.

Separan sus labios a unos centímetros y se abrazaron con la mayor fuerza posible.

– Te quiero Megan, te quiero como no tienes idea

Ella solo lo abraza, no quiere pensar en la respuesta, solo quedarse refugiada en sus brazos.

Pero un inesperado recuerdo los separa.

"No sabes lo que te esperas Moore..."

Entra en su mente el miedo de nuevo. Sabe que lo matarán después de saber que no cumplió parte del trato, por eso el secuestro.

La idea de culpar a Megan se hace mas presente, después de todo, a ella es que la buscan, no a él. Y sin embargo se encarga de tratar sus problemas.

– No puedo

Megan no sabe lo que pasa.

– Son ellos los guardias de tu padre, ¿cierto?

– No es mi padre — Responde Megan

– Tu padre secuestró a mi hermana, y ya sabe que tu existes. ¿Cómo puedo hacerme
responsable de tus problemas y mis problemas al mismo tiempo?

– ¿Espera, que? No es mi culpa que la hallan secuestrado y lo sabes

– No estoy seguro

– ¿Ahora lo dudas? después de todo lo dudas.

– No quiero decir eso...

En modo de respuesta, Megan golpea parte de la cabeza de Frank, noqueándolo, debido a su fuerza.

Da unos cuantos pasos hacia atrás con lagrimas en los ojos, una pequeña punzada en la herida hace darle un pequeño salto, busca el puñal y da pequeños cortes en el cuerpo de Frank, para hacer creer un asalto.

Admira su rostro por ultima vez y le da un ligero beso para luego echar a correr.

– ¿Porque la vida es tan complicada? — Se pregunta mientras sigue corriendo por cada callejón esperando una salida.

Ubica el lugar, está en la privada donde vive Helena. Marca el numero en el móvil y responde a los pocos segundos.

– ¿Si?

– Helena, soy Megan — Su voz se entre corta mas.

– ¿Que pasa nena? ¿Estas bien?

– No

– ¿Donde estas?

– Cerca de tu casa ¿Puedo quedarme esta noche?

Dirás esta madrugada, pero, si. Te espero en el patio trasero, mi ventana estará abierta.

Cuelga y corre a toda prisa del lugar, encuentra la casa y con cuidado entra al patio, trepa la cerca y salta a la ventana, Helena la ayuda a subir, debido a su poca fuerza en el brazo herido.

En cuanto la ve, la abraza con mucha fuerza. Las lagrimas no dejan de salir. Se siente culpable de todo y todos. Recuerda su muerte y a los que acababa de matar, el guardia que mordió sin piedad y a Frank.

El lado bueno de Helena, es su capacidad de entender el dolor sin hablar. Tus amigos entienden tus palabras, ella entiende tu silencio...

– Gracias — dice Megan en señal de consuelo

– Tranquila nena — Le soba la espalda tratando de relajarla — No hace falta que me cuentes.

– ¿Puedes prestarme algo de ropa?

Helena asiente y entra a su gran armario. Mientras tanto, revisa el celular dudando si marcar a Charles o no. Abre los mensajes y le escribe.

"Lo siento por no avisarte, le dije a Sally. Espero que no te mienta... estoy con Helena en su casa, me quedaré aquí y llegaré saliendo de clases. Fue una notificación de ultimo momento, un proyecto que debemos entregar mañana y no podemos hacerlo individual. Te quiero, adiós."

Cierra la aplicación y apaga el celular para ya no ser molestada.

– Mi padre no estará esta semana, así que tengo casa sola — Sonríe Helena – ¿Cuanto te quedaras?

– Solo esta noche

– Bueno, por lo menos disfrutaremos esta madrugada

– Pero, no has dormido

– Tranquila — Respondió despreocupada - no es la primera vez que me quedo despierta con alguien – le sonrió pícaramente — No pienses mal, hablo de Carrie

Ríen un poco y Helena le da a probar mucha ropa.

– Siempre me imaginé como te verías con este tipo de ropa

Megan entra a darse un ligero baño, tratando de lavar su herida y su sucio cuerpo. Se viste y guarda la ropa que próximamente quemará.

– Te vez adorable con esto

– No me gusta la ropa corta — Se queja Megan

– Es una pijamada, las pijamas son cortas

Bajan a la cocina y preparan un par de palomitas.

– Ahora si...— se dirige a Megan — ¿Puedo saber que pasó?

Megan lanza un ligero suspiro al aire y mira las palomitas dando vueltas dentro del microondas.

– No lo se, estoy confundida. No entiendo que es lo que siento.

– ¿Es por Frank?

– Si. Salimos por algunas cuestiones y pasamos prácticamente la noche juntos — Helena se asusta por un momento – No vallas a pensar mal, solo, conversamos, peleamos y reimos. Sin darme cuenta me perdí en sus ojos y...

– ¿Y...?

– Lo besé

– ¡Que! – Los ojos de Helena se abren como platos, al mismo tiempo, las palomitas están listas.

Suben al cuarto de nuevo con un tazón de palomitas y dos botellas de soda.

– Oh, por dios. Oh, por dios esto lo debe saber... — Está a punto de escribir en su móvil pero mira la cara triste de Megan –...Carrie... — termina la frase desanimada — ¿Sabes? Que sea nuestro secreto

Megan sonríe de nuevo y acceden las dos.

Así pasan lo que resta de la mañana conversando, riendo, llorando, enojándose, pero juntas.

Mientras tanto...

La inconsciente mente de Frank vuelve a tomar el control, despierta de algo que pensaba fuera una pesadilla, una hermosa pesadilla.

Mira alrededor unas paredes azules y a su madre dormida en el asiento de la esquina.
Está en el hospital. Cada movimiento que hace es un insoportable dolor, siente sus manos vendadas, al igual que unos golpes en la cara, mira su brazo izquierdo, un catéter conectado a una vena en su muñeca, del otro lado, unas esposas en el tubo lateral de la camilla.

– ¡Qué demonios! — grita sobresaltado

Despierta su madre cansada y feliz de ver a su hijo consiente y aún vivo.

– Relájate hijo, estarás bien. Te asaltaron anoche y tuviste un fuerte golpe

No encuentra nada en su mente, está en blanco, no recuerda nada, absolutamente nada de lo que ha pasado en la noche anterior.

A unos metros fuera del cuarto...

– Ya despertó, espero sus instrucciones

– Solo espera que el pez coma la carnada. Mientra tanto, vigila cada detalle de su vida... esto será pan comido para el Señor Jefferson

El incógnito regresa a sus sombras, esperando el momento perfecto para seguir ordenes...

Gracias Por El Veneno®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora