Capitulo 5: Deséame suerte

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Escucho la puerta aporrearse muchas veces, desde más temprano ya estaba despierto Charles, a quien puedo escuchar sus pisadas desde el piso de abajo.

— ¿Sabes que día es hoy? —aparece entrando a mi habitación.

— Sí, pero, ¿porque me anotaste en el turno de la mañana? —respondo con sueño.

— Para que no andes de perezosa en las mañanas

— ¡Mierda! —exclamo debajo de la almohada.

— Haré como que no escuche eso y te veré en unos minutos lista para el desayuno

— Si, si, ahora subo —le respondo alzando la mano y luego apuntando a la puerta con mi cabeza aún dentro de las sabanas.

Pego un salto de la cama y me dirijo al tocador, me veo en el espejo con algo de cansancio de ver la misma pálida de pupilas dilatadas ponerse maquillaje en todo el cuerpo y unos que otros tonos de bronceador para tener color; suspiro y me dirijo al pequeño baño de mi habitación, luego bajo de la repisa, mis lentes de contacto favoritas, verde oscuro.

La verdad no soy muy buena siendo femenina, así que tomé cualquier vestuario a mi alcance, Jeans negros, una camiseta sombría. Subo ya "preparada" para asistir a el colegio.

— No, no irás así. Vas a la escuela, no a tu funeral

Bajo de nuevo y cambio mi camisa de cuadros y un suéter oscuro de cuadros y tenis de mezclilla.

— ¿Estas segura de que no eras hombre en tu otra vida? —repite burlándose. Suspiro sin responder — Se nos hace tarde, mejor vayámonos ahora

— Pero, no he comido —reprocho.

— Te daré dinero para que comas algo allá

— ¿Te has puesto a pensar en lo que dices? — Empiezo a alegar dentro del coche.

— El caso es que te las ingeniaras para comer

— Pero si te llaman diciendo que me llevaron a la correccional de menores por morder al conserje hasta matarlo será tu culpa —cruzo los brazos y me acomodo en el asiento del copiloto.

En cuanto termino de hablar, Charles acelera al coche, lo cual me asusta mucho, mis brazos se mostraban tensos y me sostengo con fuerza de la puerta y el cinturón de seguridad, cierro los ojos y me preparo para lo peor.

De pronto, siento un ligero choque y escucho el freno, haciendo parar de golpe el carro. Todavía tengo los ojos cerrados, Charles se baja rápidamente y sube en el mismo tiempo.

Cuando abro los ojos ya tenía en mis piernas un pequeño animal de campo noqueado por el coche.

— ¿Mejor? —pregunta poniendo en marcha el carro.

Lo quedo viendo unos segundos y él a mí de reojos. A los pocos minutos empiezo a reír

— ¡Estás loco Charly! —afirmo riendo, él me sonríe.

— Apúrate a comer, casi llegamos

[...]

Dejo los restos de mi desayuno en la parte trasera del coche, mientras escucho con Charles las mejores canciones de Elvis Presley. Subo a mis piernas la mochila y la abrazo con algo de nerviosismo.

— Faltaste unos meses así que te costara, pero relájate — despeina un poco mi cabello.

Sonrío y y me empiezo a peinar de nuevo

— Éste es —se detiene y le echa un vistazo hacia la escuela. Volteo a verlo asustada de nuevo.

Salgo del coche abrazando mi mochila más fuerte, y con la fuerza que llevo pienso que en cualquier momento la romperé.

Gracias Por El Veneno®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora