Cuando los chicos llegaron a la entrada de la casa, Masky soltó la mano de Hoodie que tenía sujeta desde el lugar en el que se habían besado. Ninguno de los dos había hablado en todo el camino, pero ahora Masky quería romper el silencio.
-Oye... ¿te pasa algo? -preguntó.
-¿Que si me pasa algo? ¿Me lo estás preguntando en serio? -respondió Hoodie.
No te preocupes. Son solo cosas de amigos. Esa frase se repetía una y otra vez en su cabeza desde hace ratos y lo único que hacía era ponerle nervioso y avergonzado. Masky se encogió de hombros ante la pregunta.
-Hace un rato... Hace un rato me has besado -dijo nervioso Hoodie-, como si fuera algo que no tuviera la menor importancia. Y encima actúas como si no me fuera a importar.
-¿No te ha gustado?
-¡¿Qué?! Yo... eh... ¡No preguntes esas cosas!
Él se sonrojo y Masky comenzó a reírse.
-Oye, te he dicho que no pasa nada -dijo el mayor sonriendo.
-¡Sí pasa! No se puede ir besando a tus amigos así porque sí -murmuró apartando la mirada.
-No lo hago así porque sí, lo hago porque yo...
El chico fue interrumpido por el sonido de la puerta abrirse. Por ella asomó una cabeza rubia, era Ben.
-¿Chicos? ¿Qué hacéis aquí fuera? -preguntó-. Escuchábamos unas voces y Slender me dijo que fuera a ver.
-No, no estábamos haciendo nada. Ya entramos.
Y dicho eso, los tres entraron a la casa. Hoodie tiró del brazo de Masky cuando Ben se adelantó, exigiendo aún su pregunta.
-Tranquilo, ya te lo diré -dijo pasando una mano por la mejilla del menor. Hoodie la apartó molesto pero sin evitar sonrojarse.
-En serio, para.
Él pasó a su lado con molestia y se fue hasta el comedor donde ya estaba la comida servida y todos sentados.
-Perdón por llegar tarde -se disculpó.
-Nos... entretuvimos un poco -contribuyó Masky.
A los oídos de los demás esa respuesta sonaba de lo más normal, pero para los oídos de Hoodie esa respuesta venía acompañada con un tono socarrón que hizo aumentar su molestia.
Después de comer Hoodie quiso tomarse una ducha. Subió a la segunda planta hasta su habitación, cogió ropa limpia y entró al baño. Al quitarse su máscara se fijo en su apariencia en el espejo. Vio su cabello despeinado por el uso de la máscara, sus ojos, su nariz, el perfil de la mandíbula... había pasado tanto tiempo desde que alguien lo vio sin la máscara. El único que lo había visto sin ella recientemente fue Masky, pero él no cuenta ya que ambos se habían visto las caras desde que comenzaron a ser compañeros y era algo habitual. Al pensar en él, su vista se fijo en sus labios y se llevo sus dedos a ellos tocándolos ligeramente. Se ruborizó al recordar el beso. Frunció el ceño y apartó la vista del espejo. Terminó de desvestirse, y se metió bajo el agua caliente e intentando despejar su cabeza, se ducho.
Después de haber terminado de ducharse y vestirse, el chico bajó las escaleras y en el salón se encontró a los demás jugando con la consola. En la pantalla se podía ver el juego de Mario Kart y quienes tenían los controles eran Jeff y Ben.
-¡Sí! -exclamó Ben triunfante-. ¡Te gané otra vez!
En la pantalla se enfocaba al personaje de Toad conduciendo el coche con las palabras WIN en dorado.