-¿L-lo ves? N-no me l-las he term-terminado -decía él con una leve sonrisa. El pequeño frasco que prácticamente se encontraba lleno en un principio ahora se encontraba muy cerca de la mitad.
-Maldita sea Hoodie -contestó el castaño, dejando el frasco de pastillas en el suelo sin mucho cuidado y abrazando con fuerza al menor.
Masky enterró su cara en el hombro de Hoodie mientras este continuaba llorando, él le correspondió el abrazo pero no con la misma fuerza que el mayor, la preocupación que sentía Masky se fue yendo con cada segundo que pasaba entre los brazos del encapuchado, se separó un poco para poder verle la cara roja por las lágrimas, con una mano se las fue secando lentamente hasta que ya no quedaba ninguna.
-Ya está... -susurró-. Ya está todo bien -Hoodie se sorbió la nariz mirándole apenado-. ¿Cuántas te has tomado?
-Seis -respondió.
-Esta vez han... sido menos que la última vez -dijo después de un suspiro.
Masky se incorporó del suelo y ayudó a levantar del suelo a Hoodie, parecía más pequeño a pesar de que media casi lo mismo que Masky, él se abrazó a si mismo y contempló como su compañero recogía el frasco del suelo, los sollozos se volvieron a escuchar en él y apresuradamente Masky lo acercó a su cuerpo envolviéndolo con sus brazos.
-Ya está... Sh... -repetía cariñosamente, parecía que intentaba calmar a un niño pequeño que se levantaba llorando después de una pesadilla.
-L-Lo siento -dijo-, lo siento mucho.
-Esta bien... -Masky miró a Hoodie dulcemente, estaba aliviado de que se encontrara bie... El menor profirió un inesperado quejido sorprendiendo al castaño-. ¿Qué pasa? -preguntó alarmado.
-Me duele el estómago -respondió seguido de otro quejido.
-Será mejor que volvamos ya -dijo con un tono de voz preocupado.
Masky comenzó a caminar con Hoodie a su lado, sujetándolo mientras ambos iban de vuelta a la casa, para cuando llegaron ya era de noche cerrada, entraron en la casa y Hoodie se sorprendió al encontrarse con Toby sentado en la escalera.
-Ah, lo pudiste encontrar -dijo el chico levantándose.
-¿Q-qué hace él ahí?
-Le pedí que se quedara esperando por si volvías, que me fuera a avisar -el menor asintió no muy seguro y desvió su mirada al otro chico-. Toby, ¿te lo puedes llevar a arriba? Tengo que ir a prepararle algo, le duele el estómago.
-Claro, está bien.
Hoodie caminó hasta donde estaba Ticci y este lo acompaño hasta arriba, entrando junto a él en su habitación.
-No hace falta que te qued...
-¿Sabes? -interrumpió Toby-. Sinceramente me ha sorprendido lo mucho que se ha preocupado Masky por ti. Ja, si hubieras visto como estaba cuando te fuiste... Que yo recordaba él nunca se había preocupado tanto por nadie -Toby se acercó hasta Hoodie, a una distancia en la que el menor pudo ver sus ojos detrás de las extrañas gafas que poseía-. Me ha molestado que te hubieras llevado a Masky a tu habitación, ¿por qué lo has hecho, eh?
-¡Yo no me lo he llevado! -exclamó, seguido de eso, ahogó un nuevo quejido de dolor.
-Yo no soy ciego -siguió, haciendo caso omiso de la respuesta del otro-. Hay algo entre vosotros, ¿verdad? Tuve esa intuición desde cuando os vi esta mañana, por como te quedaste parado mirando como tu "amigo" hablaba conmigo, y de la manera le hablabas por la tarde, como si fuera alguien muy especial -¿en serio yo hablé así?, pensó Hoodie, frunciendo el ceño debajo de su máscara-. Bueno, mis sospechas se confirmaron con lo que acaba de pasar -Hoodie estaba rojo, mitad por la vergüenza y mitad por la molestia que estaba creciendo en su interior.