Sin salida

Capítulo IV: Que comience el juego

Después de la charla con sus amigos, al otro día Clear volvió a la oficina de policías, se acercó a uno y dijo que quería hacer una denuncia sobre una amenaza a ella y sus amigos. El policía anotaba los datos de Clear e iba a contactar a un detective para que tomara su testimonio, justo en ese momento, un hombre alto, de pelo liso y oscuro le tocó el hombro a Clear, ella volteó pero no le tomó mayor importancia, el hombre le volvió a tocar el hombre

- Señorita – Mostrándole su placa – ¿Me puede acompañar un momento por favor?

- Disculpe – le dijo Clear al policía que anotaba sus datos – vuelvo enseguida

- Detective Gabriel Cárdenas. Te escuché hablar con ese hombre ahí dentro, por favor, ¿me puedes contar cuál es tu problema?

- Clear, solo Clear. Lo siento pero ya están buscando a alguien que me ayude

- Lo sé, pero aún puedes retractarte.

- No gracias, no tengo dinero para un detective privado, entiendo que lo necesites pero no puedo, lo siento

- Mira, escucha, puedo ayudarte, no busco dinero

- ¿Quieres tener un caso importante?

- Tampoco, solo quiero ayudar, el otro día te vi venir, puedo ayudar

- Está bien, supongo, eres detective así que creo que puedo confiar en ti

- Puedes darme tu número de teléfono, para mantenernos en contacto.

Clear le dio su número y además le contó la historia, desde el primer mensaje que recibió ella y sus amigos, hasta el último que apenas había sido el día anterior

- ¿Cuántos amigos dijiste qué son?

- Somos 6, incluyéndome

- ¿Crees que puedas llevarme con ellos?

- Sí, no hay problema.

El hombre tenía a Frank amarrado de piernas y brazos, lo arrastró hasta una pared y lo dejó caer, se dio media vuelta, llegó hasta una mesa, prendió una lámpara, se sacó su máscara y la puso sobre unos libros para luego volver donde Frank. El hombre se agachó y miró a Frank que estaba sangrando y malherido

- Hola Frank, tanto tiempo

- ¿Te conozco, de dónde, cómo sabes mí nombre?

- Me llamó Jhon

- Eso no responde mi pregunta

- Ese día en la calle, chocamos, botaste mi máscara.

- Ya basta de bromas.

- ¡Ay Frank! El error que han cometido al creer que esto es una broma, no fue bueno, no es bueno

- ¿No es bueno para quién?

- Para todos, ¿Acaso no leyeron las reglas?, si ustedes no lo hacen, lo haré yo

- Entonces, mátame

- No, aún no termino contigo, de hecho, ni siquiera he empezado

- ¿Por qué a nosotros, por qué a mí?

- Porque la amistad no existe Frank, el amigo conoce todo sobre ti, tú no sabes nada con quien tratas

- Son mis amigos

- Bueno, no todos aprendemos por las buenas – Jhon golpea tres veces a Frank - pero en el dolor y el sufrimiento descubrirás la amistad y verás que no existe

- ¿Y ahora qué? – le decía Frank a Jhon mientras se ponía de pie - ¿vas a matarme?

- Eso dependerá de ti.

Clear y Gabriel llegan donde Manuel, que los hace pasar.

- Disculpa ¿y tú quién eres?

- Detective Gabriel Cárdenas, tú deber ser Manuel

- ¿Un detective? ¿En serio, Clear? No tuviste mejor idea que romper las reglas del supuesto juego

- Pero Manuel...

- Manuel – le dijo Gabriel mirándolo fijamente – necesito ver los mensajes que te llegaron

- No le pasaré mi teléfono

- Manuel escucha – Clear estaba preocupada – él nos va a ayudar, no tienes nada que temer

- Clear, el juego, tenía dos o tres miserables reglas, nadie más debía saber y nada de policías y rompiste dos en menos de un minuto ¿y pretendes que confíe en ti y en él?

- Manuel, sé que estás enojado – dijo Gabriel solemnemente – pero estoy aquí para ayudar, esto solo quedará entre nosotros

- Si algo le pasa a alguien – dijo Manuel con ira a Gabriel - yo mismo haré que te pase algo a ti

- No tienes de que preocuparte – respondió Clear – él me ofreció su ayuda, podemos confiar en él

Manuel fue a buscar su teléfono, cuando volvió buscó los mensajes y se los entregó a Gabriel para que los revisara. Gabriel sacó un papel y un lápiz de su bolsillo y comenzó a anotar

- Es exactamente lo mismo – se decía Gabriel a sí mismo – Gracias Manuel, servirá de mucho

- Gabriel – habló Clear con nerviosismo - ¿Qué harás con el número?

- Rastrearlo.

Clear y Gabriel se despiden de Manuel y se marchan. Por otra parte, Manuel estaba intrigado, no confiaba en Gabriel y sentía que era sospechoso de la manera en la que actuaba y porque les ofrecería su ayuda sin siquiera conocerlos.

Luego de una hora, Jhon volvió donde Frank, con una botella llena de agua.

- Entonces Frank, ¿Decidiste qué quieres hacer, vivir o morir?

- Vi... - Frank empezó a toser fuertemente – vivir.

- Buena elección amigo, continuemos con esto

Jhon se acerca más y golpea en reiteradas ocasiones a Frank, hasta dejarlo inmóvil, saca su celular, le toma una foto y se la envía a sus amigos.

"Yo les dije que esto no era un juego, Frank está muerto, no los culpo si se sienten responsables, porque lo son" luego de enviar el mensaje, destruyó el teléfono.

Gabriel llegó a su casa, ordenó sus cosas, sus papeles en su mesa y se puso a trabajar, hasta que logró dar con una pista del número telefónico pero no era lo que esperaba – no puede ser – pensó, se paró rápidamente y fue a buscar su teléfono para realizar una llamada

- Clear, necesito que llames a Manuel

- ¿Qué pasa, Gabriel?

- Dame su número

Clear le da el número de Manuel a Gabriel y cortan. Gabriel lo llama pero no contesta y solo le deja un mensaje

- Manuel, soy yo, Gabriel, necesito que estés atento a donde vayas, el celular no es rastreable, tengo la sospecha que puede ir por ti, cuando escuches esto llámame, por favor.

Manuel aún enojado con Clear y Gabriel salió a dar una vuelta en bicicleta, su teléfono había quedado en casa porque no quería recibir llamados, no saber nada de nadie. Se estaba oscureciendo y Manuel debía volver a su casa. Nunca se dio cuenta de que no estaba solo, que lo seguían, en la otra esquina de la calle había un hombre alto, con capucha, una máscara negra en la mano y un cuchillo en el bolsillo. Solo observaba pero era cuestión de tiempo que llegará el momento de actuar.