No Necesito Un Héroe [BNHA Y OC]

PRÓLOGO

運命有利な

Curiosidad. Deseo que tiene una persona de conocer o averiguar una circunstancia, hecho u objeto que se considera digno de interés por ser llamativo, raro o poco conocido.

Curiosidad. Eso era lo que había despertado en los paramédicos al llegar al lugar de la emergencia. Y los bomberos no eran una excepción, pero prestaban mayor atención a apagar el fuego restante mientras que los de bata blanca se dedicaban a preparar lo necesario para una cesárea de emergencia en aquella ambulancia camino al hospital. Se realizaría en cuanto llegaran y tuvieran lo necesario en el lugar que las enfermeras ya preparaban para su llegada. Ese lugar mejor conocido como hospital.

No podría seguir viviendo, pero aún así tenían que seguir el protocolo.

El cuerpo de la chica reposaba sin vida en aquella camilla, era sorprendente ver a una chica tan joven en embarazo, no se le podía calcular más de 17 años, 16 cuando mucho, aunque era difícil saber la edad de una extranjera de otro continente, posiblemente una latina.

La ambulancia llegó a su destino y se actuó con rapidez, llevando el cuerpo a la habitación preparada para comenzar la cesárea.

Después de unos minutos aquella curiosidad aumentó, el bebé fue una niña, no habían expectativas de que siguiera con vida, y al golpearle levemente no lloró, sin embargo, abrió los ojos. Algo realmente sorprendente, pues aquello no era normal, y lo que no era normal causaba curiosidad.

No había alguien quien no estuviera sorprendido y no sintiera curiosidad. Seguía viva.

Sobrevivió a aquel incendio en el prostíbulo, y sobrevivió al viaje en el vientre de un cadáver.

¿Era eso siquiera posible?

Tal vez se debía a un extraño quirk, hay quienes nacen con él, pero aún si era eso. ¿Cuál podría ser? No se les ocurría alguna posibilidad mínima a cualquiera en esa habitación, o a cualquiera de los testigos del milagro de la vida, del milagro del destino.

Mientras que el personal médico pensaba aquello, no dejaron de hacer su tratamiento, las enfermeras limpiaron a la pequeña recién nacida y la alistaron para llevarla a la incubadora, así como prepararon exámenes para lo antes posible, tenían que ver su seguridad, incluyendo todas las anomalías que rodeaban a la recién nacida. Desde el no sufrir daños hasta el no llorar.

Aquella niña, de tez japonesa, y ojos azules con nariz del occidente, realmente preciosa con un cabello castaño. Parecía haber sido bendecida por la vida, un milagro de la vida, como si se hubiera amistado con el destino, y éste le hubiera dado la oportunidad de continuar con ella, con la impredecible vida.

Incluso el vientre donde habitaba hasta hace poco había sufrido pocos daños, era bastante curioso, aun habiendo nacido un poco prematura, parecía estar bastante bien y saludable, sobre todo para las condiciones con las que nació.

No había duda. Esta niña de alguna forma había forjado una amistad con el destino, y sabría afrontar las adversidades con su protección, sabiendo beneficiarse de él. Tal vez fue por eso que el hospital decidió nombrarla como Unmei Yurina al no tener registros de ella ni nada que dijera quién era y/o de quiénes compartían un lazo con ella, a excepción de aquella jovén madre sin identidad, y así, el gobierno se encargaría de llevarla a un orfanato, bajo su nombre de recién otorgado, Unmei Yurina. Bajo el nombre de Destino Favorable.