No Necesito Un Héroe [BNHA Y OC]

Capítulo 2

Yurina's POV

Me encontraba sola en la cocina de la cafetería, más exactamente en el fregadero. Estaba sola hasta que el anciano que me alimentaba y me cuidaba entró al lugar. Aún cuando me había dado todo de manera gratuita me sentía incómoda sin hacer algo a cambio, y el haber estado un día ayudando a la niña fue como un desperdicio, un día donde no trabajé pero igual me pagaron. Me sabía bastante mal así que aproveche la presencia de Tanaka para intentar enmendar mi culpa.

—Oye Viejo, ¿está bien si trabajo horas extras durante la semana para compensar lo del otro día?

—¿Está bien si digo que tú cerebro no procesa bien la información para compensar el no poder decirte idiota?

Con aquella confusa y sarcástica contestación entendí su punto. Creo que sí no fuera por conocerlo desde años no entendería su respuesta negativa. Y si no fuera porque me brindó comida y techo cuando niña ya lo habría golpeado por haber sugerido que soy una persona que padece idioticia, un trastorno mental que se caracteriza por la deficiencia en facultades mentales.

Respondo con una mala mirada, Tanaka la devuelve para salir de la cocina e ir a las mesas. Ambos sabemos que igual yo haré lo que quiera.

Ciertamente no debería de trabajar cuando la cafetería comienza a servir alcohol, pero de alguna manera en serio siento que debo reponer el tiempo que perdí cuidando de la chiquilla.

Ver a esa niña, haciendo eso, hiriéndose a sí misma como lo hizo... Fue realmente molesto.

Sin darme cuenta presiono con fuerza la esponja con la que estaba lavando los trastes, esto obviamente hizo que soltara agua y jabón lo que provocó que casi tire el plato de porcelana.

Tengo que dejar de pensar en ella. No me ha ocasionado más que problemas desde que la ayudé.

El tiempo sigue pasando y ha anochecido lo suficiente para que comience a hacer mis tareas y trabajos escolares. A pesar de la cantidad no me toma mucho tiempo.

Realmente la secundaria es aburrida, aunque no creo que el siguiente año sea diferente incluso si entro a la preparatoria.

El cansancio provoca que me quede pensando en si aquella niña también va a la escuela, o si falta y solo entrega los trabajos como yo.

—¡Ayuda...!

—¡...Alguien...!

Escucho gritos lejanos, apenas les entiendo, ni siquiera puedo distinguir la voz pero de alguna manera están llenos de desesperación.

—¡...Llamen...héroe...!

Sí. Me esfuerzo para escuchar mejor. Escucho palabras claves pero de alguna manera sigo confundida sobre si las voces pertenecen a niños o adultos.

—¡Por favor... ruego...!

Realmente intento descifrar cualquier información en los gritos. Palabras. Voces.

Todo y todos suenan tan lejanos que no les entiendo, como si estuvieran repletas de eco.

—¡Ahhhhh!

No. No había eco. Los gritos retumban en mi cabeza, no los entiendo pero me transmiten desesperación, miedo, impotencia,un terror tan crudo como puede llegar a ser.

La habitación que antes fue lóbrega ahora es inundada por una cegadora luz y da paso a las impolutas paredes blancas, pero la emoción que denotaba antes permanece.*