Capítulo 4

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Llego julio, con su frio habitual y sus arboles sin hojas. Nunca fui de las que les guste el frio. Pero ese viernes a la mañana ni el frio esfumo el buen presentimiento que había en mi interior Mi madre lo había notado y cundo me pregunto que me pasaba no le supe responderé ¿Como le decía que algo dentro de mi me gritaba que ese seria u buen día? Fui a la estación, como siempre, y como siempre tú estabas ahí con tu pelo rubio y rizado algo despeinado, y a diferencia de otras veces se te notaba algo triste y no le prestabas tanta atención al celular. Yo me preguntaba que te pasaba. Mucho tiempo después supe porque ese día estabas triste.

Ese día había más personas de lo normal, y el tren se llenó, recuerdo mi sorpresa cuando a ti no te quedo otra más que sentarte al lado mío. En ese momento fui feliz. 

El chico del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora