Capítulo 10

124 15 6
                                    

Desde ese veintiséis los besos estaban presente entre nosotros, cuando íbamos en tren, al comer algo juntos en el almuerzo, los sábados cuando íbamos a tomar algo, cuando nos encontrábamos en tu casa. Y cuando nos escribíamos prometíamos besos para el día siguiente. Cariño, todo marcha tan bien que no me daba cuenta que jamás nos propusimos ser algo serio. Que jamás te pregunte que éramos, yo tenía tan claro el hecho de que me gustabas, y tú eras tan tierno conmigo, eras tan suelto, no importaba el lugar me recibías y me despedías con un beso. Eras tan perfecto que jamás me plantee preguntarte cuál era nuestra situación. Y debí hacerlo. 

El chico del trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora