El Barco.

CAPÍTULO 9 - Si juegas con fuego te quemas

Tras finalizar la incomodidad del desayuno que se podía sentir los alumnos asistían a clase y hacían sus quehaceres mientras el capitán y el primer oficial con ayuda de Julia intentaban sacar más información de la caja negra del avión.
Repasaron varias veces las grabaciones en el momento en el que el avión estaba descendiendo a gran velocidad, consiguieron averiguar que no sólo fue culpa del combustible; al parecer el piloto perdió el control minutos antes pero la grabación acaba ahí.

A unos pasillos más allá se encontraban Piti y Vilma charlando, se habían encontrado mientras hacían la colada.

— Vilma, trae, ya cojo yo el cesto - dice Piti quitándole de las manos este para evitar que ella cargue con el peso de la ropa.
— Piti, estoy embarazada, no tetrapléjica, puedo hacerlo, no me trates como una inútil - forcejea con él para ver quién termina consiguiendo el cesto.
— Vale, eh, vale, tranquila, si quieres no me preocupo por ti, solo trataba de que no te hicieras daño.

Vilma al ver la cara molesta y decepcionada de Piti por la reacción que ha tenido ella esboza una sonrisa en silencio mirándole a los ojos, a lo que Piti sin entender empieza a ser contagiado por esa sonrisilla.

— Cuando esté de siete meses te voy a obligar a que hagas tus tareas más las mías ya que tanto te gusta ser responsable, pero mientras tanto deja que me ocupe de mis deberes, que mi fuerza no tiene nada que envidiar a la tuya. - sonriente le da un codazo mientras caminan hasta la lavandería y una vez allí Piti se para en seco-
— Cuando estés de siete meses voy a empezar a leer libros como el de "Cuida a tu bebé", a practicar poner y quitar pañales y aprenderme los cuentos infantiles de memoria.

A causa de la dulce reflexión de Piti y quizá de las hormonas revolucionadas de Vilma la ropa sucia cae al suelo y los brazos de ella rodean el cuello de su pareja mientras que los de él se posan en la cintura de ella a la vez que sus labios chocan con firmeza convirtiéndose en un largo beso cariñoso y apasionado.

En cubierta Gamboa está observando cómo Burbuja con ayuda de Ulises está tirando la red para al poco tiempo recogerla llena de pescado. Burbuja corre emocionado a la cocina para enseñarle a Salomé que ha pescado un pez muy bonito.
Gamboa aprovecha para hacer algún comentario con Ulises.

— ¿Qué tal fue tu cita con la doctora?
— ¿Acaso te importa? - dice Ulises poniendo el pescado en las cajas para dejar libre la red sin mirar a Gamboa.
— No me importa mientras no tenga que ver con Ainhoa, ¿o debo preocuparme?
— Yo no me meto en medio de nada si no me dejan entrar, así que no es asunto mío - sonríe levemente por su respuesta sin dejar de prestar atención a sus labores.
— Ten cuidado, Ulises, si juegas con fuego al final te acabas quemando.

Gamboa estira su pierna propiciando una patada a una de las cajas que estaba ya completa, dejando caer todo el pescado fuera de esta antes de entrar al interior del buque, entre tanto Ulises se queda unos segundos en silencio inspirando, calmando sus nervios, para después continuar.