Capítulo 1

8 0 0
                                    

Eran las 5 de la tarde. Estaba sentada sobre mi motocicleta, mientras observaba la ciudad desde el mirador. Un espacio amplio para los autos o caravanas que quieran estacionarse a contemplar la vista. Estaba escuchando una canción de moda, esas que pegan ahora a los más jóvenes. Maldito reguetón, hacia traicionar mi cultura musical.

Ese día se sentía extraño, hacia más frío de lo normal y las noticias en otros países alertaban sobre un virus nuevo. Una enfermedad que ya tenía varias muertes encima, aunque supuestamente habían encontrado una cura no dejaba de ser preocupante.

Mi teléfono sonaba a millones y es que se trataba sobre el chat grupal que tenía en WhatsApp, había formado un elenco de danza hace ya un año y los muchachos querían salir a celebrar después del ensayo. Revisaba curiosa mi teléfono hasta que una explosión a lo lejos llamó mi atención. Seguramente alguna fábrica de pintura o cosas inflamables.

Prendí mi motocicleta y salí corriendo de ahí con dirección a la explosión, sintiendo el aire frío chocar sobre mis manos. Comenzaban a dolerme y me gustaba aquella sensación.

Finalmente me acerque al centro, no fue ninguna fábrica. El hospital "Ricardo Palma" estaba incendiándose y aunque nadie sabía la razón de como comenzó, los periodistas y ambulancias ya empezaban a sacar a todos. Grabé un poco con mi teléfono y salí de ahí ya que la policía estaba sacando a todos.

Seguí mi camino hasta mi mini departamento, seguramente mi madre se encontraba haciendo la cena. Mirando mi teléfono me di cuenta que ha eran las 6:30. El tiempo pasó volando en lo que recorría la ciudad. Llegué a casa y abrí la puerta, estaba todo oscuro. Decidí sacar un casaca para el frío y tome un poco de yogurt de la cocina, cerré la puerta y volví hacia mi motocicleta.

Cuando me subí, sentí que vibraba mi teléfono, rebuscandome logré contestar la llamada. Un número desconocido.

- ¿Aló?

- Tienes que salir lo más rápido de ahí, Lily...

- Ah... ¿Con quién estoy hablando?...

- ¡Tienes que correr! ...

Se cortó la llamada, inmediatamente volví a timbrar a aquel número pero no contestaba. No le di más importancia y me puse en marcha hacia el parque, lugar donde ensayabamos. Cuando llegue todos me saludaron con mucha alegría, parecía otra noche ya que había bastante movimiento, algo inusual para un miércoles.

- Niña ¿Cómo vamos? - Pregunto Ronaldo, el más infantil de todos. Aunque somos de la misma edad, tiene mente de un niño de 8 años a menos. Pelo ondulado y castaño. Un poco más alto que yo.

- Todo bien, tranquilo como siempre. ¿Qué dicen los chicos?

- Ahí, alocados como siempre todos estos mocosos de mierda...

- Que dices oye, ¡cara de trapo! - Respondió Jonatán, de 14 años. Morenito y bajito.

- Cállate tú, asqueroso... - comenzó a reírse, mientras enojaba a todos para seguir ensayando.

- Lilys bella ¿Piensas bailar o te llevo a empujones? - Hablo Roy, mayor que yo. Andaba con su gorra negra hacia atrás y su cabello salía de ella.

- Sal de aquí, Hobbit.

- Que maldad la tuya.

- Ly ¿Cómo estás?... - Pregunto Lucio, cabello largo amarrado y en sus manos llevaba su teléfono. Me mostró algunas fotografías de trajes para comprar mientras todos seguían ensayando. Éramos bastantes, de 14 años tenemos como a 4 chicos, Dana, Alvieri, Jonatán y María.

M I S T A K E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora