纽曼 ; vmon ; namtae |

『❀』 u n 『❀』

numen ; musa

El firmamento yacía de un matiz grisáceo. Las ganas de continuar eran tenues para la persona que se encontraba sentada al frente del inmenso ventanal.

Los movimientos de sus manos se encontraban forzados y las líneas de su frente cada vez se pronunciaban más y más. Sentía todo toque de frustración retenerse en cada rincón de su cuerpo.

En algún momento sentiría que una detonación haría su trabajo en el interior de su cuerpo así como una catarsis, pero negativa  y que acabaría con su escasa paciencia.

Con una copa del mejor vino francés "Château Mont-Redon" entre sus dedos y un pincel en el otro extremo, intentaba trazar aunque fuese una imagen concreta de lo que querría o más bien, buscaba.

Hace algunas horas había tenido la acogedora visita de un viejo amigo que habían vinculado su amor por el arte hace algunos lapsos atrás.

Seokjin, ese era su nombre. Un hombre con un atractivo similar a la de un dios griego y con un carisma encantador ligándose con el tipo perfecto.

Sus anchos y fornidos hombros le otorgan un toque de masculinidad notable hasta que los ojos de cualquiera bajan hasta la alineada y fina cintura que posee; dándole un toque delicado que dominaba en demasía su figura. Logrando una manera fácil de someterlo ante los colores más apasionados del arte. Sus belfos de un matiz rosáceo brillante era una maligna tentación para cualquiera que lo viese.

Empero a todo ello, a su tiempo de consistir de un físico embelesador, consistía de un intelecto sabio y justo.

Durante el trayecto de su amistad y su apego, habían pasado regocijos, tristezas e incluso, hubieron unas cuantas lunas donde el calor de sus cuerpos se incrementaba ante el efecto de un buen vino y la pasión se impregnaba en las sábanas de su habitación o la mesa de mármol de su estudio.

En aquel véspero, ambos habían compartido unos cuantos tragos de "makgeolli" que habían importado hace poco desde la mejor reserva del territorio coreano.

En las horas de conversación mencionó que dentro de poco, el consejo artístico de Seúl haría una subasta o algún tipo de convención benéfica.

Esta, con el propósito de mostrar las obras de los pintores de su categoría junto con otras, para donar lo recaudado. El mejor lienzo sería colocado en el museo artístico más visitado del país.

A Namjoon, el arte enardecía sus colores de vida desde sus primeros años. Un pintor de trazos delicados y firmes muy detallados. El don que había incrementado y había perfeccionado para convertirlo en su especialidad de por vida.

Lo que provocaba que su corazón sintiese, era el desnudo.  Género artístico que desde la antigüedad griega procura proyectar o idear la perfección a través del vínculo del alma y el espíritu buscando la perfección.