Sus cerezos se mostraron abiertos ante tal petición mundana. Sus ojos se dirigieron al pintor que poseía su mirada perdida en el lienzo. No movía ningún músculo de su perfilado rostro. Acaso, ¿él había escuchado bien? Como si sus movimientos hablasen por sí solo, se levantó de allí.
—No haré tal cosa.—sentenció.
Namjoon empujó su lengua en el interior de su mejilla y le miró expectante. Una sonrisa tenue se ensanchó en su rostro y colocando el pincel en su oreja, tomó asiento.
—¿Por qué no?—interpeló suspirando con el cuerpo laxado y mirada tranquila.
Taehyung sentía sus estribos perderse ante un agujero negro de impaciencia. Su cuerpo yacía con colores vivaces que le daban un toque masculino y ardiente, ante los ojos contrario. Namjoon comenzó a burlarse.
—Me sorprende que seas un artista tan poco objetivo, mi pequeño Ravir.—comenzó a parlar mientras se acercaba a él.—El arte no tiene límites. Es una de las pocas cosas que el psicoanálisis estudió, sabes a lo que me refiero, ¿no? Y, te lo dije en un inicio.
Mientras continuaba su paso, el menor poco a poco sentía una ola de inseguridad y al mismo tiempo la tensión invadía la órbita de ambos.
—¿Qué me dijiste?—soltó con su tono neutro, la actitud contraria comenzaba a molestarle un poco.
El moreno, giró sus ojos hacia la efigie de Taehyung y como sus labios se miraban entre abiertos. Los pensamientos fluyeron junto a la sangre que conseguía filtrarse en cada centímetro de su cuerpo.
—Dije que quería contemplar tu desnudez desde un principio y tú, mi chico malva, aceptaste.
Los labios contrarios terminaron de cerrarse. Taehyung, se sentía que la mirada contraria le desnudaba el alma. Jamás se había sentido tan vulnerable y acechado por un hombre.
Un hombre malditamente caliente. golpeó su sub-consciente.
—¿Sientes que voy a someterte ante mi, Ravir?—interpeló con sorna.—¿Sientes que abusaré de ti con tan sólo atisbarte con mis ojos en tu cuerpo?
Taehyung suspiró neutro en su lugar. Él no pensaba nada ello. Sus ojos se volvían oscuros como el alma de un hermoso demonio. Tan lujurioso y con un toque de alma perdida, angelical.
—En todo caso, te sometería a mi merced, pintor. Así que, toma tus pinturas y con tu arte mundano, termina esto.
Namjoon sonrió. Como le encantaba que se refiriesen a su arte como pecado, como algo que estaba mal e impuro. Le fascinaba en demasía al punto que calentaba más allá del infierno de su cuerpo. Así que optó por callar. Que podía esperar de un hermoso chico, inexperto y que su obras eran tan mundanas como las de él.
Dos chicos, uniéndose, en un amor pasional, que lo único que cubría sus hombrías era el cuerpo del otro. Volvió a sonreír. Le encantaba.
Acomodando sus lentes de botellas en el puente de su respingara nariz, tomó asiento.
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纽曼 ; vmon ; namtae |
Fiksi Penggemar«Dónde un pintor no quería trazar nada delicado, ni mucho menos que se asemejase a un cristal. Su numen gritaba para trazar y sentir aquel cuerpo robusto de irises inocentes.» NO copias, NO adaptaciones. terminada: 03.24.19