CAPÍTULO 4

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Cap. 4

Matt despertó temprano, acostumbrado a no permanecer en la cama hasta muy tarde; pero esa mañana, las cosas eran muy diferentes; June, la hermosa mujer que se había cruzado en su vida intempestivamente hacía solo dos noches, trastornándolo con su presencia; estaba adherida a él, con uno de sus brazos y una de sus piernas; se quedó quieto ya que no quería despertarla, se sentía demasiado bien teniéndola de esa manera; tenía que admitirlo, June le gustaba, y mucho; ella era una chica con la que le gustaría hacer muchas cosas; solo esperaba que ella estuviera dispuesta.

Pensó en que el carácter bélico de la joven, era algo que él sabría campear; nunca antes había deseado tanto, meterse en una relación seria con una mujer; se sintió optimista, sabía que lo podría hacer funcionar. Se volvió en la cama con sumo cuidado, hasta quedar frente a frente con June y le acarició el rostro con sus nudillos, con suavidad; la joven se movió un poco y se pegó más a él, haciendo que Matt riera de puro gusto, despertándola enseguida

- eres un egoísta – se quejó ella somnolienta – quiero dormir un poco más

- está bien, hazlo; yo iré a preparar el desayuno, estoy hambriento ya que anoche por alguna razón que no logro recordar, no cené muy bien – ella se volvió en la cama, dándole la espalda

- te dije que lo sentía y te ofrecí algo más de comer; pero me dijiste que comerías fuera

- bien; creo que gracias a tu viaje oculta en mi auto, te pudiste dar cuenta que no comí nada

- si, de eso me pude dar cuenta gracias a mi presencia en tu auto; pero también me di cuenta de otras cosas, y ahora que lo pienso ¿Por qué no vas a desayunar a casa de Laura? Porque estoy segura que si no me hubieras descubierto anoche en tu auto, tal vez los dos habríamos pasado la noche en su compañía

Y sin esperar que él respondiera, se levantó corriendo y se encerró en el cuarto de baño; Matt se quedó en la cama durante algunos minutos más, sabía que ella ya estaba enojada, pero lejos de molestarse le divertía, y aunque no lo reconocería delante de ella, le dejaba una buena sensación el que ella estuviese celosa; por lo visto su pequeña fierecilla, ya lo consideraba parte importante en su vida.

Más feliz de lo que le gustaría aceptar, se levantó y tomando su ropa, salió en busca de un lugar donde asearse.

June hizo un sencillo desayuno, pero como ya se estaba volviendo una costumbre, Matt demostró que era de su total agrado; lo disfrutaron en silencio, pero ni June se quejó, ni Matt hizo ademán de cambiar las cosas. Luego del desayuno, Matt se encargó de lavar los platos y June se sentó a leer una revista de cocina en la sala.

Una vez Matt hubo terminado, se sentó frente a June y aunque ya había decidido por donde iba a empezar a investigar lo ocurrido; quiso picarla solo un poco

- June, debemos hablar; es necesario que me cuentes lo ocurrido ¿Por cuánto tiempo piensas que podemos quedarnos escondidos en este lugar? Necesito saber de qué estás huyendo

- no puedo contarte; lo único que debes saber es que en este momento no tengo a donde ir; y por estar escondiéndote conmigo, no será mucho; la doctora Amy dijo que pronto estaré bien

- no entiendo porque no puedes contarme; sé que escuché disparos cerca de donde te encontré, y el hecho de encontrarte herida, dice que alguien quiso hacerte daño; yo quiero ayudarte

- entonces no me preguntes; si me quieres ayudar, hazlo; pero no me obligues a decirte más, con lo que ya sabes es suficiente

- no me tienes confianza – afirmó él aparentemente triste

POR UNA BALA Y UN BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora