CAPÍTULO 10

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Cap. 10

Matt estaba un poco desanimado por la actitud de June; quería dejar que ella tomara sus decisiones sin presionarla; había podido pensar que después de lo vivido en su piso hacía cerca de dos horas, había sido algo igualmente importante para ella, casi tanto como lo fue para él. Pero no, no había sido así; tan solo una insignificancia como la compra de una casa para los dos, la ponía en pie de batalla con él, eso le hacía temer, ella era inestable e insegura y él temía que en cualquier momento, lo dejara y simplemente saliera corriendo.

Intentó disimular su estado de ánimo delante de sus amigos, pero aquellos lo notaron y apenas las mujeres abandonaron la casa, empezando por Paul, cayeron sobre él

-pareces alguien que ha perdido mil batallas y a mi parecer ese no eres tú; te hemos visto luchar con seguridad de que siempre vas a ganar y lo has conseguido

- ¡vaya! Estás muy filosófico hoy Gandy – respondió Matt mordaz – simplemente estoy cansado

- Paul tiene razón – intervino Dave – siempre tienes buena actitud y un envidiable control sobre tus emociones; así ha sido desde que eras un chico

- de verdad muchachos, estoy bien

- bien; pareces muy reservado y sin embargo algunas veces hasta nosotros los hombres necesitamos ayuda y de amigos – dijo Steve – yo aceptaría tus palabras, si no te hubiera descubierto viendo a June, como si quisieras cruzarla sobre tus rodillas y darle un par de nalgadas

- ¡vaya! ¿me estás revelando tus métodos? – Steve lejos de enojarse rio con ganas

- eso solo confirma mis palabras

- Matt, sabemos que tu eres el más rudo aquí – intervino Spencer sabiendo que los demás tenían razón, pero conociendo a Matt, también sabía que no soltaría prenda, a menos claro, que quisiera hacerlo – solo necesitamos que nos digas que todo estará bien, que podrás arreglarlo – Matt se pasó los dedos por entre su corto cabello y respondió

- ¿estarían dispuestos a emborracharse conmigo? No, verdad; todos tienen sus vidas felices arregladas y no necesitan un problema con sus esposas

- ¿Por qué querrías emborracharte si según tú, todo está bien? – preguntó Doug con algo de reto en su voz y en su mirada

- no quiero emborracharme. – se levantó y caminó hacia la escalera – voy por el pequeño Samuel – pero al llegar a la puerta de la sala donde estaban, se volvió y les dijo – en mi trabajo, siempre fui bueno; no quiero sonar presuntuoso, pero buscar malos, seguir pistas, buscar evidencias, leer los diferentes escenarios que se presentaban, con las más inverosímiles situaciones, encontrando siempre lo que buscaba y atrapando a más culpables que ninguno; todo eso era pan comido para mí. Conozco sus historias; el antes y después de todos ustedes, sus costumbres en cuanto a mujeres o sus sueños con el hogar perfecto; cuando tuve que ver sus dificultades desde afuera, las vi sencillas, fáciles de solucionar; podría decirse que desde el exterior, yo podía ver lo que ustedes no veían, estando en medio.

- por eso estamos agradecidos – puntualizó Paul, entendiendo el punto de su amigo Matt – y es por eso que estamos aquí; eres parte fundamental de nuestras vidas, eres parte de nuestra familia

- no estoy echando en cara; sé que me aprecian. Lo que digo es ¿alguno de ustedes, ahora en mi situación, puede ver el problema real y su posible solución?

- olvidas algo; tú podías ver y solucionar nuestros problemas cuando te necesitamos, porque eran tu especialidad – Doug dio su respuesta – el asunto aquí, mi muy apreciado amigo, es que creo que ninguno de nosotros tiene capacidades para saber que hay dentro de la cabeza de una mujer. Es probable que yo entienda a Allison, o que haya aceptado cada cosa que ha hecho y como soluciona sus problemas, porque la amo; pero de las demás, no puedo decir nada

POR UNA BALA Y UN BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora