CAPÍTULO 2

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Cap. 2

Junedia Sterling se acomodó en la enorme cama de la habitación de la cabaña a donde el agente, que había llegado como enviado por Dios, la llevara.

Después de lo ocurrido en el cuartucho inmundo a donde Todd la había hecho ir engañada. Había logrado escapar apenas; todo porque Todd tenía un arma que parecía de juguete y ella pudo forcejear con él, haciendo que disparara varias veces sin acertar, al final, le había metido una bala en el vientre, pero hasta ella sabía que no era grave, tal vez porque el grueso abrigo ayudó a protegerla, o solo porque estaba de suerte.

Lo cierto era que después de darle un rodillazo en la entrepierna, había escapado de allí, asustada si, pero con su cuerpo intacto; bueno, a excepción de la herida en su vientre; pero la parte que había querido romper Todd, seguía estando entera.

Pensó un poco en el guapo agente que la había salvado; era grande, fuerte, y muy guapo; llevaba el cabello bajo, no como el de Todd, que era largo hasta los hombros, desordenado y maloliente, y muy escaso; a ella le repugnaba, pero el imbécil se había autoproclamado su novio, y ella aún no había encontrado la manera de librarse de él.

Ahora, de un tiempo para acá, Todd se había encaprichado con convertirla en su mujer, según le decía; después de que por error se enteró de que ella aún era virgen; por supuesto, ella no estaba dispuesta a dejarle hacer eso; de ninguna manera.

Volvió a recordar a ¿Matt? Así había dicho que se llamaba el agente; ese si que era un hombre; respiró profundo ¿tendría esposa? ¿novia? Seguramente; un hombre como él debía estar asediado constantemente por mujeres, alguien como ella, no tendría la más mínima oportunidad con él; sin embargo empezó a fantasear con el agente ¿Qué tipo de mujeres le gustarían? ¿lisas como una tabla? ¿o con buenos atributos? De repente la puerta se abrió sobresaltándola, cortando de tajo el hilo de sus pensamientos; una dama de apariencia refinada, joven, hermosa y embarazada; entró seguida del guapo agente y otro hombre también guapo.

- hola – Amy saludó a la joven con una sonrisa – soy la doctora Amy Finley; él – dijo señalando a su esposo – es Dave, mi esposo; a Matt ya le conoces

- ¿ellos... ellos estarán aquí? – preguntó June evidentemente intimidada viendo a Matt a los ojos; el agente la veía con desconfianza y se había cruzado de brazos; mantenía una postura ligeramente intimidante con las piernas separadas

- solo si lo deseas; si no, ellos esperaran tras la puerta

- no lo creo Amy – dijo Matt – estaré aquí por si necesitas ayuda

- no quiero que se queden – dijo June sosteniéndole la mirada al agente

- lo siento – respondió él con algo de sorna en la voz – pero no tienes elección

- ¡oh! ¿es un pervertido? – los ojos de Matt brillaron peligrosamente; esa muchachita de lengua afilada lo estaba sacando de quicio; en menos de una hora, además

- vamos Dave; Amy, solo levanta la voz si necesitas algo – los hombres salieron y Amy le sonrió a June

- te equivocas; Matt no es un pervertido

- lo sé; solo quería que saliera, me da algo de vergüenza que me vea; no traigo una ropa muy cubierta debajo. De hecho – añadió abriendo el abrigo – estoy vestida con mi ropa de trabajo

- ¡oh! ¡vaya! ¿trabajas en H3oters? ¿Eres una chica H3oters? – Amy intentó no sonar odiosa

- era; después de hoy no puedo volver allí; no se preocupe doctora, tampoco es que amara mi trabajo y menos vestirme así; un pantaloncillo y un top, no es la ropa que me gusta; pero ese empleo lo conseguí después de tocar muchas puertas que no quisieron abrirse. Pero en este lugar – dijo señalando el logo en su pecho – me vieron como uno de sus platos y me contrataron de inmediato. Igual y ya sabía andar en patines

POR UNA BALA Y UN BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora