CAPÍTULO 12

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Cap. 12

June se paró frente al espejo y el reflejo que este le devolvió, hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas; no reconocía a la joven frente a ella; sin poderlo evitar, los recuerdos de hacia algunas semanas, antes de conocer a Matt Butler, su futuro esposo, vinieron a ella como un vendaval; había cambiado demasiado en tan corto tiempo era una mujer totalmente diferente.

Llevaba un vestido color cian, largo y dividido en la cintura por un delgado cinturón de pedrería, con transparencias en algunas zonas del pecho, estaba bordado con piedras semi preciosas y su espalda era descubierta, a excepción de la línea de cierre que estaba bordada al igual que la parte delantera y otras dos líneas que subían hasta sus hombros, cubriendo solo lo necesario y dejando que su piel no tan blanca, se viera lo suficiente.

Su cabello había sido recogido en un moño alto y rodeado de delicadas flores del color del vestido, dejando así su cuello no muy largo, libre y luciendo solamente un delicado collar de perlas coronado por una piedra de jade, la que también lucía en los zarcillos.

Le habían aplicado un maquillaje suave para resaltar sus ojos, realmente no necesitaba mucho y las expertas, habían optado por no opacar su belleza natural, el resultado era sencillamente hermoso.

June levantó el vestido solo un poco y vio sus zapatos, parecía una princesa con ellos puestos; había sido el regalo de Amy y ella estaba feliz de llevarlos, gracias a lo pequeño que era su pie, parecían mucho mas lindos, altos si, pero no exageradamente, color plata y decorados con fina pedrería.

En la cama descansaba una fina estola a juego con el vestido, en caso de que afuera estuviese muy frio, pero al parecer el día era esplendido; al lado de la estola estaba el ramo, había elegido tulipanes rosa pálido y estaba rodeado por pequeñas flores blancas.

¡Todo era tan perfecto! ¡todo se veía tan lindo! Y ella solo quería llorar. Por momentos se sentía indigna, como si eso no fuera para ella, pero luego recordaba a Matt y sus ánimo se levantaba; también le ayudaba recordar las palabras de sus amigas, lo más importante, eran las personas con las que se compartía, y ella compartiría su vida, con el mejor hombre sobre la tierra.

Se inclinó sobre la cama y tomó el ramo entre sus manos, temblaba, pero eso no la iba a detener; en eso tocaron a la puerta y se dirigió a abrir, a paso lento pero seguro; creía saber quién era, Spencer había insistido en ser el encargado de llevarla hasta el lugar donde su mejor amigo, los esperaba.

Matt usaba un traje de paño negro y estaba parado bajo la glorieta frente al ministro, a la espera de la llegada de su bella prometida. No iba a decirle a nadie que tenía miedo, era probable que June decidiera a última hora, simplemente salir corriendo y dejarlo allí, solo.

El cielo ofrecía una apariencia despejada y los jardines diseñados por paisajistas, lucían espléndidos, la temperatura era más que agradable a esa hora de la mañana; todo parecía una escena sacada de la mejor de las películas románticas; un día de primavera, una mañana serena, el fiel enamorado y la novia perfecta...

¡¡Si...!! Allí estaba ella; venía tomada del brazo de Spencer Scott, absolutamente hermosa, etérea, especial como solo ella podía ser. Matt la contemplo absorto, el alivio casi le hace llorar, pero desde luego, él no le iba a dar ese espectáculo a sus amigos.

- imagino que estabas contando los segundos para verla aparecer – dijo Spencer con una sonrisa irónica – ha sido un gusto June – se inclinó y le dio un suave beso en la muñeca y fue al lado de su esposa y su hijo

- estás preciosa cielo – ella tenía los ojos brillantes y Matt supo que estaba reteniendo las lágrimas

- tú también estás muy guapo Matt – respondió con voz temblorosa y agregó en un susurro – te amo – él sonrió con calidez y llevándose las dos manos de ella a los labios, se las besó

POR UNA BALA Y UN BESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora