Me levanté a por un baso de agua, otra noche más desvelándome por el mismo problema. Tropecé con una silla de la cocina y a causa del ruido hice despertar a mi madre, la cual vino asustada pensando que había entrado alguien a robar.
-No te preocupes mamá, soy yo.- Dije tranquilizándola.
-Me habías asustado Hanna.
-Lo siento, es que he vuelto a tener el mismo sueño de siempre, y me he levantado a beber un poco de agua para despejarme.
-Otra vez ese sueño, Hanna me está empezando a preocupar, creo que estaría bien pedir cita para el médico y que te diga qué te sucede.
-No, mamá, es solo un sueño, no hay por qué preocuparse.
La verdad es que para mi no era solo un sueño, era más que eso, era la causa por la cual día a día me lo paso preocupada. No quiero que me resuelvan el problema, ya que cada vez que sueño me va dando más datos de sobre qué puede tratar.
Una persona morena con ojos negros y de más o menos 1'8m de altura es la que siempre se me aparece en esta escena. Su nombre es Jacob.
Jacob parece ser un buen chico, creo que tiene 18 años, aunque no estoy segura, pero eso es lo que aparenta con su físico.
Él me dice cada noche - en una habitación oscura con varios posters de una ciudad, aun no he logrado ver con claridad de qué ciudad se trata, solo observo algo borroso que tiene una pequeña playa, no muy rodeada de edificios. - que esté tranquila, que todo irá bien y que no pasará nada. ¿Pero a qué se refiere? ¿Por qué se supone que tengo que estar tranquila? Aparece en la habitación, me dice eso con tono preocupante, y se va sin decir nada.
El sueño no es una pesadilla, porque cuando lo tengo no siento miedo, es una sensación extraña que hace que mis bellos se ericen. Me hace sentir confundida.
Volví a la cama, era muy temprano y debía dormir.
Al día siguiente mi amiga Kim vino a casa para hacer un trabajo de historia. Odio la historia, si me diesen a elegir entre las matemáticas y la historia, sin duda optaría por los números.
-Empecemos con el trabajo Kim, mientras antes lo terminemos antes podremos ser libres.
Kim era la típica empollona de sobresalientes, mis notas no es que fuesen para montar una fiesta, pero al menos conseguía aprobar ya que los estudios no es que se me diesen realmente bien.
-Hanna, ayer estuve hablando con Ashton.
-Vaya, qué diversión, a saber qué te contó.
-No sé como puedes seguir con él, es realmente repelente.
-Lo sé Kim, pero ya sabes qué puede pasar si le dejo, no debo hacerlo.
-Eres demasiado buena Hanna, yo no aguantaría con un tipo así más de dos días seguidos.
-No queda otra, a demás, siempre intento evitarlo y nos vemos más bien poco.
Tras tres horas haciendo el trabajo, logramos terminarlo.
Decidimos ir a tomar algo al bar de copas Chloé. Ese bar me gusta, siempre tiene buen ambiente y me lo paso genial allí.
Nada más entrar por la puerta le eché el ojo a un chico muy guapo.
Aquel chico de cabello rubio y ojos color miel no paraba de mirarme, y la verdad es que me ponía muy nerviosa.
-Hanna, ¿Has visto como te mira aquel tío sexy de allí? - Me dijo bromeando.
-Calla Kim, no digas tonterías.
Iba acompañado de dos amigos, los cuales eran bastante feos, pobres.
Decidí acercarme a la barra para pedir chupitos de tequila para Kim y para mi. Adoramos el tequila, se nos sube rápido y siempre nos empezamos a reír cual tontas. Al fin y al cabo, siempre nos acaba invitando cualquier tío que está en la barra y acabamos saliendo de Chloé sin gastar nada.
Decidí ir al baño, pero antes de llegar noté una caricia en mi cuello, no opté por mirar hacia atrás ya que llevaba varios chupitos y podría ser imaginación mía, no eché mucha cuenta. Seguí hacia delante y noté un tirón del pelo.
-¡JODER! - Grité, la verdad es que me dolió bastante.
-Tranquila, tampoco te he tirado tan fuerte.
Me di la vuelta, ahí estaba aquel rubio de ojos color miel. Me olvidé por completo del tirón de pelos y mis piernas empezaron a temblar por sí solas.
-¿Qu.. qu.. qué quieres? - Dios Hanna, no seas borde y tranquilízate.
-Me fijé antes en ti, ¿Qué hace sola por aquí un chica tan bonita como tú?
-Gracias, pero no he venido sola, y si no te importa te pediría que me dejases ir al baño, es una urgencia.
-Bueno bueno, ya te dejo.
¿Por qué soy tan gilipollas? El chico más guapo del bar intentaba llamarme la atención y simplemente le dije que me dejara. Más tonta no puedo llegar a ser, pobre de mi.
Entré en el baño para mirarme en el espejo, y cuando terminé de retocarme el pelo y un poco el maquillaje, decidí salir.
-¡Bú!
-JODER QUÉ SUSTO, otra vez tú.
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Dreaming Feels
Ficțiune adolescențiHanna Kleight es una chica entusiasta a la que le encanta descubrir, tiene mucha imaginación y a causa de ello siempre la llaman loca cada vez que cuenta que siempre tiene el mismo sueño, con la misma persona y en el mismo lugar. Un sueño que no la...