Capítulo 1

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Como cada sábado toca ir con el idiota de Ashton a pasar la tarde, gracias a Dios sé disimular bien, porque si tuviese que soltar cada barbaridad que se me pasa por la mente con tan solo verle me tomarían por loca, la verdad, no es recomendable decirlo en alto.

Me duché y me empecé a arreglar, abrí el armario y seleccioné el primer conjunto que vi, tampoco me partiría mucho la cabeza para aquel imbécil, con unas Nike Air Force, unos jeans vaqueros ajustados y una camiseta ancha voy más que perfecta.

En cinco minutos tendría a Ashton en la puerta de casa, qué bien, ironía.

Suena el timbre y me apresuro para abrir, con dos besos me despedí de mi madre que me miraba con cara de "lo siento". Sí, ella lo sabe todo, creo que sin mi madre estaría más que perdida.

Ahí estaba él, la verdad sea dicha, Ashton no es feo, es más, muchas niñas de mi instituto me envidian, pelo castaño, ojos verde esmeralda y algo musculado, pero él es el claro ejemplo de que que no solo hay que fijarse en el exterior, sino también en el interior.

-Hola amor. - Cada vez que me llamaba amor se me rizaban los bellos de la repugnancia.

-Hola cielo. - Disimula Hanna, disimula.

-Hanna, te ves espléndida, hoy te llevaré a un sitio especial. - A saber a donde me llevaría, ¿A un McDonald's quizás?

Creo que después de criticar al gilipollas que tengo por novio, debería explicar el por qué de tenerle tanto asco.

Llevamos seis meses juntos, en estos seis meses me ha engañado con tres tías, joder, y las tres veces le he pillado con las manos en la masa. Lo peor es que siempre salta la típica frasecita "Esto no es lo que parece". Le he insinuado multitud de veces para dejar la relación, pero él solo dabe decir que me ama. Está claro que no puedo dejarle, el trabajo de mi padre está en juego, y si tengo que hacerlo por mi familia, tendré que seguir al lado de este bastardo.

Llegamos al lugar que Ashton decía. La verdad es que nunca había estado aquí, era como una especie de restaurante pero pequeño y acogedor. Al entrar lo primero que se podía observar eran las paredes de color pastel, asientos en tonos rosa bebé y mesas y lámparas blancas. Las camareras iban en patines, vestidas con trajes tipo 70's.

- ¿Qué sitio es este Ashton? - La duda me consumía.

- Es el restaurante Micky's, sé que te gustan las cosas dulces, y qué mejor lugar que este para pasar la tarde juntos.

La camarera se acercó a nuestra mesa, llevaba un escote bastante llamativo. Giré la cabeza y vi la mirada de Ashton fijada en esos enormes pechos. Pero será imbécil.

-Ejem, ejem. - Hice como la que tosía para llamar su atención.

-¿Qué quieren pedir? - Preguntó la camarera.

-A mi me gustaría pedir el batido de tres chocolates con covertura de nata y fresas. -A golosa no hay quien me gane, y si encima me invitan, hay que aprovechar.

-A mi lo mismo que a ella, gracias.

Después de un rato, el cual se me hizo enterno, en el restaurante Micky's, Ashton me llevó a casa, estaba cansada y la verdad es que estaba harta de verle la cara, quería descansar y dormir un rato.

Nada más llegara casa me cambié de ropa y me puse el pijama, me tumbé en la cama para pasar un rato con el móvil y más tarde acostarme.

Son las 4:30 A.M, joder ese maldito sueño otra vez, no puede ser.

Dreaming FeelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora