Capítulo 3: La maldición del punto negro

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Nos encontramos en la consola, el Doctor sigue preocupado por Amy. Me había dicho que ella le había dicho que estaba embarazada, pero no se le había notado en esos meses.

– Sigue diciéndome que no encuentra resultado- dice enojado el Doctor enseñándome la pantalla.

– A lo mejor se te está escapando algo- le digo tranquila en lo que me recargo.

– ¿Cómo que?

– No se, alguna teoría loca que suene imposible- le digo lo primero que se me viene a la mente-. Alguien secuestró a Amy y decidió clonarla, no lo sé.

Escuchamos como entran Amy y Rory tranquilamente, como si nada les molestará. Me le quedo viendo al Doctor y después regresó mi mirada hacia ellos, esperando a que no sospecharan de que estábamos hablando.

– Están muy callados- dice Rory.

– Si, ¿de qué estaban hablando?- pregunta Amy.

– Nada en especial- contesta el Doctor.

– Cosas de nuestro hijo.

La panza ya se empezaba a notar, afortunadamente, ya no tenía las nauseas de hace algunas semanas y mis emociones volvían hacer, hasta un punto estables, según el Doctor, me había vuelto más positiva.

– No es nada. Al menos ya no se me antojan los dedos de pescado con natilla.

– Eso es lo bueno- responde Amy.

– ¿De dónde sacaron la idea?- pregunta Rory al ver que Amy también sabía a los que nos referíamos.

Las dos nos quedamos en silencio mientras veíamos al Doctor, que se encontraba caminando alrededor de la Consola, murmurando varias cosas en voz baja. Rory captó la idea rápidamente.

– Por alguna extraña razón, no se me hace rara la idea.

– Es porque es él- respondo.

– Hemos llegado- comenta el Doctor emocionado.

Salimos para encontrarnos en un pequeño cuarto oscuro. Rory dice que siente algunos escalones en donde él se encuentra. Me doy cuenta que no vamos a llegar a ningún lado con esto, aparte de que nos encontramos a oscuras.

– Pienso que será buena idea iluminar aquí, aunque sea con uno de los destornilladores sónicos- recomiendo, esperando a que alguien me hiciera caso.

– Suena a algo lógico que alguien haría en estas situaciones- responde Amy.

– Muy bien, como digan- dice el Doctor molesto, haciendo que Amy y yo nos riéramos del momento.

Esperamos unos cuantos minutos, hasta que el Doctor sale con una linterna. Toco algo, provocando que me cortará en el instante, haciendo que me sangrará un poco la mano. Trato de olvidar mi dolor, pero me es imposible. Llegamos a una compuerta en un techo. El Doctor me da la lámpara y entre Rory y el Doctor tratan de abrirla.

– ¿Están seguros de que esto va funcionar?- preguntó con curiosidad.

– Claro que si- responde el Doctor seguro.

– Eso no es lo que parece- responde Amy segura.

Pasaron unos minutos hasta que escuchamos como alguien habría la puerta para encontrarnos con unos piratas. Nos quedamos sorprendidos por esto, nunca nos dijo hacia dónde íbamos o a donde dirigirnos, simplemente nos había dicho que habíamos llegado.

– ¿Quiénes son ustedes? ¿Y cómo lograron subir a este barco?- pregunta el que al parecer es el capitán del barco.

– Créame que la misma pregunta me hago yo- respondo.

Doctor Who (VI) : When a Good Man Goes to WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora