《Daddy's Pray》KOOKV ~ CORRIGIENDO.~

Cincuenta y uno

PD: Disfruten

Tres semanas y media antes.

-Y... ¿Cómo... ¿Cómo has estado?.- Preguntó Taehyung, luego de unos segundos, con dificultad de formular preguntas más coherentes.

-Pues... Bien, bueno, no... No lo sé.

¿En verdad estaban hablando? Habían pasado 8 meses sin escuchar su voz, su dulce y significativa voz, esa que le aceleraba el corazón y de alguna forma, lo hacía sentir como en casa.

-Vaya, a pasado mucho tiempo, ¿No? ¿Cuánto fue? ¿Tres, cuatro meses?.- Mentía, porque la verdad, desde que él se fue, había contado cada día, cada hora, casa segundo. Todo, incluso en ese momento seguía contando.

-8 Meses.- Respondió Jungkook, mordiendo su labio al siquiera pensar que Taehyung no había contado el tiempo con la misma proximidad que él.- Taehyung, yo...

-Lo sé, Jungkook.- Nuevamente lo leía como si fuese una simple historieta para niños, aún y cuando miles de kilómetros los dividían.- Yo también lo quiero... Yo también quiero verte.- Susurró  con temor de fallar.

Jungkook sonrió, ¿Esto estaba pasando? ¿Justo en ese momento?

No estaba seguro, pero de ser un sueño, no quería despertar, porque nunca había sentido tan real a aquel chico de hermosa sonrisa desde que se fue.

-Necesito verte, Taehyung.- Soltó sin pensarlo, cubriendo su boca después.- Lo siento, quizás no fue oport...

-Yo también lo necesito, Jungkook. No sabes cuanto te he extrañado... Cuanto he pensado que tú ya no...- Mordió su lengua, calculando las palabras.- Que tú ya habías conseguido a alguien más.

Conocía a Jungkook, conocía lo atrevido de este al hablar por teléfono. Pero justo en ese momento, era como si hubiesen puesto esa parte de él oculta, que tanto tuvo que luchar para conocer. Esa parte frágil y tímida, que se ocultaba bajo una actitud altanera y reluciente sólo para guardar sus heridas.

Ante él, tras esa línea telefónica, estaba Jeon Jungkook, mostrándose como en verdad es.

-Nunca encontraría a alguien más, ¿Has oído bien, Kim Taehyung? De verdad lo único que pude hacer estos meses fue trabajar y...- Desvió la mirada, cubriendo su sonrojo con su palma, aún y cuando Taehyung no lo observaba.- Y bueno, escribirte.- Murmuro.

Su sonrojo aumentó al escuchar esa suave risa, tan baja, casi imperceptible, casi inaudible, pero presente, como música para él. ¿Hace cuánto no la escuchaba? 

La respuesta era, ocho meses, quince días y un par de minutos.

-Las cartas.- Respondió con una sonrisa el castaño.- Amo las cartas, ¿Sabes? Creo que... Gracias a ellas te llamé hoy, ¿Sabes?

Jungkook cerró los ojos y agradeció a Ji-Eun con todo su corazón, porque si no hubiera sido metiche, probablemente ahora él estaría guindando de su corbata en algún árbol.