¡Que emoción! Hoy es mi cumpleaños número ocho y mis padres prometieron que saldremos con mi mejor amiga y sus papás a la playa... ¡la playa! He despertado desde las 4 y no podido volver a la cama pero ya es hora de vestirme y desayunar y después, despertar también a mis papás porque a pesar de que son las 7 de la mañana quiero tener ya todo listo porque será la primera vez que pasaré mi cumpleaños con mi mejor amiga y la primera vez que vea el mar.
Pensando en lo maravilloso que será el día, ya vestido, me dispongo a ir a la planta baja de mi casa para poder desayunar y comienzo a buscar mi cereal favorito, fresas limpias y leche para servirme mi desayuno favorito; justo cuando me he servido y pienso en comérmelo, me percato de que por primera vez en mucho tiempo he tenido una noche tranquila y sin ninguna de las cosas, que Elizabeth me suele decir que se llaman espíritus o fantasmas (aunque no termino de creerle porque tienen apariencia de persona, pero termino por hacerle caso porque es la única que me cree cuando le hablo de "ellos", ya que siempre le ha encantado leer y ver películas de temas místicos o esotéricos, por lo tanto supongo que ella sabe más de eso que yo, pero quien sabe, quizá solo esté algo loco y mi cerebro genere esas calladas alucinaciones), molestando en mi cuarto quedándose calladas mirando algún punto fijo, llorando, o alguna de las extrañas cosas que suelen hacer. Al darme cuenta de esto un alarido de felicidad me recorre la garganta y no puedo evitar sacarlo, pero sobresalta a mis papás en la planta de arriba, quienes me preguntan si me pasó algo malo pero respondo que vi una araña y me asustó y grité.
Cuando terminé de desayunar, bajaron mis papás y me preguntaron si había comido algo.
-Sí-contesté.
-¿Qué comiste?-preguntó mi padre.
-Un plato de cereal con fresas-
-Ah, O. K.- Se acercó con mi madre a mí y me abrazaron ambos- Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser día de tu santo, te la cantamos a ti-cantaron al unísono- despierta, Ian, despierta, mira que ya amaneció, ya los pajarillos cantan, la luna ya se metió.
-Gracias-
-No es nada mi amor. ¿Estás emocionado?-me preguntó mi madre
-Si, en serio, va a ser genial todo el día, muchas gracias-
-Todo para que te la pases bien en tu cumpleaños- volvió su cara hacia mi papá- Oye, Sebastián, ¿guardaste en la maleta los juguetes y las toallas?-
-Sí, ayer lo hice, lo metí en la maleta pequeña de Ian y guardé también lo nuestro en la otra maleta- replicó mi papá gritando pues subió las escaleras para traer las maletas
Salimos mi mamá y yo para subir al coche y justo mientras yo subía al coche, vimos a lo lejos a Eli y a sus papás caminando hacia nosotros
-¿Están seguros de que todos cabemos en su coche, Allison? No es ningún problema regresar y tomar un camión que vaya allá- le dijo Amanda, la mamá de Eli a mi mamá
-Claro que sí, ustedes son muy delgados y ambos niños caben en un asiento- Aquello era cierto, ELi y su familia eran muy delgados y no muy altos, parecían frágiles, que se romperían en cualquier momento.
Después de acomodar todas las maletas, nos metimos al auto (primero Eli y yo detrás del asiento del conductor y después sus padres), pero como casi todos los días, comenzó a llover, pero como solo era una ligera llovizna decidimos emprender el viaje. Poco tiempo después de tomar la carretera que bajaba del pueblo en que vivimos, nos encontramos que la noche había sido tan fría que la carretera tenía una capa de hielo en algunas partes, entonces mi papá decidió bajar la velocidad pues ya casi llegábamos a la parte de las curvas pero a la mitad de esa parte, volteé y vi atrás de nosotros un coche girando sin control, comienzo a gritar tratando de alertar a mi papá, pero es demasiado tarde y el coche choca con nosotros haciendo que mi padre pierda el control, y empezamos a girar, y derrapamos antes de estrellarnos con el límite de la carretera ,que se supone "evita" caídas de autos hasta la carretera de abajo que está a varios metros de altura debajo de esta, y se rompe dejando que nuestro coche se vuelque girando en picada y aunque todo esto pasa en cuestión de segundos, me parece una eternidad, y siento el tiempo tan lento que parece que las cosas no fueran reales, pero ahí está Eli a mi lado escondiendo su pequeña cara en mi pecho mojando mi camisa con sus lágrimas de preocupación y sollozando, la abrazo y veo a mi alrededor y me percato de los ensordecedores gritos de todos, pero sigo sin entenderlos, como si mis oídos estuvieran bloqueados, siento como nos ponemos de cabeza y la caída nos azota la cabeza y me la golpeo con la ventana, el coche gira varias veces más y me mantengo abrazando lo más cerca que el cinturón me permite a Eli de mí. Espero a que la caída termine y quedamos de lado, me comienza a dar algo de sueño, pero al recargarme en el asiento, siento el cabello mojado y al tratar de tocar el líquido en cuestión y muevo mis brazos hacia atrás, noto que me duele impresionantemente el brazo derecho pero el grito que quiero dar de mi boca no sale, estoy afónico, dejó mi brazo en paz y solo muevo el izquierdo y al bajarlo, veo que lo que me moja el cabello es sangre, me asusto, porque siento bastante mojado, pero el sueño que sentía hace un momento se empieza a hacer más fuerte, recuerdo que alguna vez dijo mi tío Edder, médico de la familia, que lo mejor en un golpe así, sería tratar de quedarse despierto, así que trató como puedo de no dormirme, pero mis párpados eran cada vez más pesados y con cada segundo que transcurría se me hacía más complicado abrir los ojos, mi propia respiración, el único ruido que oía, me acurrucaba y finalmente, dejé de poder mover mis párpados, tenía los ojos por fin cerrados, así que decidí rendirme y me dejé abrazar por los acogedores brazos .
***
Una cegadora luz blanca consiguió despertarme, y un horrible dolor de cabeza vino. No recordaba mucho de que había pasado o en donde estaba y por qué estaba ahí, estaba muy desorientado, y sentía una gran impotencia por no poder recordar o saber lo que quería saber, pero sí de algo estaba seguro es que no me encontraba en mi casa o en un lugar conocido. Comienzo a barrer los ojos por el lugar en busca de pistas de en donde estoy y en donde están mis padres, entendí por fin en donde estoy con esto, un hospital, nunca antes había estado en uno, pero lo supe por la camilla en la que estoy y la ropa que llevo, además de que al lado hay otra camilla con una niña que parece uno o dos años más pequeña que yo, me resulta algo familiar pero no logro reconocerla y tratar de evocar recuerdos a mi memoria, solo hace que me duela más la cabeza, así que mejor me olvido de eso.
Trato de levantarme pero al girar, para bajarme de la camilla la aguja que tengo conectada con suero se mueve y me lastima el brazo, por lo que regresó a mi sitio pero en lugar de acostarme, me quedo sentado. ¿Llevaré mucho tiempo inconsciente? ¿Qué pasó con mi familia? ¿Quién me trajo aquí? Recuerdo que íbamos en la carretera y tuvimos un accidente, pero no recuerdo el motivo de que fuéramos en la carretera..¿quién pudo haber llamado una ambulancia? ¿Qué pasó?
Seguí tratando de responder a mis preguntas sin resultados, mientras, una enfermera que iba con dirección a mi habitación entró y se sorprendió al verme sentado, y me sacó de mis pensamientos- ¿Cuánto tiempo llevas ahí despierto?--No mucho, acabo de despertar- musité.
-Espera aquí, en un momento vendrá el doctor Lizarraga a hacerte unas pruebas para revisar cómo estás- dio la media vuelta y salió de la habitación
Después de unos minutos entró un hombre alto que aparentaba unos cuarenta años con bata blanca con un nombre bordado arriba de su bolsillo, llevaba camisa azul cielo con rayas verticales delgadas más claras y una corbata negra. Iba peinado con cera hacia atrás y tenía una expresión severa, traía una tablilla en su mano.
-Mmm... Veamos-sacó su tabla y la revisó, volteó a verme- Ian, ¿cuánto tiempo llevas despierto?-
-No mucho, doctor-
-¿Sabes cuánto tiempo llevabas sin despertar?-
-No, no podría saberlo, porque estaba inconsciente-
-Jajajaja, tienes razón, esa fue una pregunta bastante tonta de mi parte, en fin, me sorprende que ya hayas despertado, calculaba que te quedaras por lo menos otro día en ese estado, solo has dormido por una semana-
-¿Cómo que "sólo una semana"? Eso es mucho tiempo. Bueno, no importa, ¿dónde están mis papás?-
El doctor cambió su sonrisa de hace un momento para volver a su expresión seria, sentí que iba a decir algo malo, una punzada en el pecho y una mala corazonada, me preocupé mucho... ¿Y si estaban muertos? El silencio de el doctor me mataba de intriga.
Finalmente,habló- A tu padre, asombrosamente no le sucedió nada grave, se dislocó el hombro pero ayer fue dado de alta y los ha estado cuidando. A tu madre...-sentía que se me paró el corazón, no podría soportar que le hubieran sucedido algo a mamá- A tu madre se le rompió un brazo y la pierna, llegó aquí muy grave, pues tenía una herida abierta con una hemorragia que la pudo haber matado, sin embargo, logramos estabilizarla aunque aún no se puede mover.
Sentí como se inundaban mis ojos al pensar en los dolores que mi madre podría estar sufriendo, me daba pánico perderla, o tan solo imaginar que quizá con ese accidente podría quedarse sin poder caminar. Era algo que sin duda me preocupaba, pero no quería verme como cualquier niño pequeño frente al doctor, así que me tragué las lágrimas y decidí decir que tenía sueño y que quería dormir, aunque en realidad solo deseaba pensar en dos cosas, mi madre y, la pregunta que martillaba mi cabeza desde que llegó a ella... ¿Quién era esa niña, y por qué la conocía?---
Holaaa! Si eres nuevx en mi libro, ¡Bienvenidx!
Soy Jaqueline y este es mi primer libro, espero que hayas disfrutado el prólogo, ya que aunque sé que nunca actualizo, :v hay personas que llegan a leer esto:3
Así que primero que todo, ¡gracias por leer!
Y segundo, pls, voten y comenten, es triste solo tener como 3 comentarios en todo el libro y... De amigos míos:'u
Pls, no sean lectores fantasma:'3
Bueno shavos y shavas, bai:3 Nos leemos en el próximo capítulo
ESTÁS LEYENDO
Oscuro Vacío|PAUSADA hasta que termine de reescribirla|
RomanceUna oleada de asesinatos llegan a la ciudad de Ian, un estudiante de preparatoria que sin saberlo se hace mejor amigo de un carismático pero peligroso miembro de las calles de ahí. Elizabeth, un año menor que Ian, a su vez vive de su propia forma l...