Lucas

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Dunia no estaba muy acostumbrada a que la hicieran el centro de atención. Su personalidad era extrovertida, sí, pero no le gustaba llevarse toda la atención, a diferencia de su hermano quien no terminaba de entender eso. Lo primero que hizo fue una entrada dramática al despacho. Iba hablando a borbotones, quejas, reproches y reclamos con tal rapidez que su padre no entendió muy bien de qué iba quejándose. Seguidamente entró Lucas con una sonrisa de oreja a oreja de satisfacción. Sin duda alguna, su padre jamás entendería qué métodos tenía su hijo para darle enseñanzas a su hermanita.

-¡¿No le dirás nada, papi?! ¡Me humilló!-el castaño caminó directamente hacia el bol de caramelos.

-¿Quién está usando a su prometido para desquitarse de las cosas imaginarias que solo en tu mente hace Nix? ¿Quién? ¿Quién?-Se llevó un caramelo a la boca. ¿Desde cuándo el sabor del café le gustaba tanto? Lucas notó que estaba hambriento. Tomó otro rápidamente.

-¡No metas a ese idiota en esto! ¡Eso que me hiciste fue muy humillante!

-¡Y lo que tú haces es humillante para Nix!-Su padre se masajeó el entrecejo algo agotado. Ya estaba entendiendo por dónde iba la cosa. A penas vio al pelinegro acercarse por la puerta, el señor Frosch los mandó a callar a ambos.

-Ya compórtense. Por Dios, parecen gallos de pelea, lo único que hacen es chillar entre ustedes.-Dunia y Lucas solo estaban al tanto de una cosa: cuando su padre usaba el tono de susurro apremiante lo mejor que podían hacer era cerrar sus bocas y dejar de pelear antes de que zapatos o correas empezaran a volar por los aires.-Definitivamente, no podía buscar en serio una mejor forma de presentarse. Pero ya que- Dijo el señor Frosch llevándose una mano a la frente –Como vez, chico, y aunque me gustaría haberlo hecho de otra manera, te presento a mis dos hijos con quienes ya tuviste el placer de interactuar-

Lucas no estaba demasiado pendiente de la formalidad de "Conoce a tu cuñado oficialmente". Por alguna razón se sentía ansioso, como si no pudiera estarse quieto en su sitio sin tocarlo todo. Necesitaba moverse, algo en ese ser pelinegro lo incitaba a no quedarse quieto. Como si algo en Aloys le provocara correr, saltar, moverse, y, sobre todo, comer. Ahora no podía separarse del bol de caramelos por más que lo intentaba.

-Primero mi pequeña hija menor a quien te he prometido. Su nombre es Dunia y es estudiante de fotografía en la universidad. Muy buena estudiante. Artista por vocación. Es amable, cariñosa y bastante sociable. El único problema es que...- Pero antes de que pudiera responder ya había sido interrumpido.

-Yo no quiero casarme, no me voy a casar. Me niego ¿Por qué tengo que hacerlo yo, he? Ni siquiera soy la mayor, así que a ver. Ni Lucas, va a casarse, ni yo tampoco así que no sé como funcionara esto. Esperen hasta que sus hermanitos sean más grandes y listo. Fin del asunto- Lucas se llevó el décimo caramelo a la boca pensando que menos mal a nadie se le había ocurrido hacer la pregunta del millón de: ¿Y por qué el primogénito no se casa? A él es a quien le correspondería hacerlo.

La conversación continuó entre ellos pero, sinceramente, Luca son estaba muy pendiente de lo que se decían o no. Él solo estaba concentrado en seguir el bol que su padre insistía en cambiarle de lugar una y otra vez. Menos mal que hacía eso. Si se quedaba parado en un solo sitio empezaba a sentir el tic de querer moverse o hacer algo más. No podía con tanta tensión en ese sitio. ¿Qué acaso el tal Hirsch nunca había visto a nadie comer caramelos? ¿Por qué lo miraba tan fijamente? ¿Y desde cuándo a Lucas le molestaba que lo vieran tanto? Era un artista, ¿no? Aunque no le molestaba... Era más una... Tensión. Como si algo lo empujara hacia el pelinegro sin que él pudiera hacer nada.

Lucas estaba rumiando en su mente toda una hipótesis de que el tal prometido era en realidad un traficante de la mafia portuguesa que contrabandeaba pastillas y que estaba ejerciendo alguna clase de poder supremo en él... cuando, de repente, su padre empezó a presentarlo. Por un momento dejó de ver el caramelo que se estaba llevando a la boca para ver a su padre fijamente con los ojos abiertos de par en par. Estaba como en blanco.

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⏰ Last updated: Feb 16, 2019 ⏰

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