Strong|Zayn Malik|

Capítulo 10: Atracción

Hailey.

—Vamos Sheldon—suelto aire mientras corro más rápido junto a mi perro, que corre a mi lado con la correa puesta.

Mi abdomen duele un poco y me queman los gemelos de las piernas junto a mis muslos, pero sólo 2 minutos más y termino, no me falta nada.

He estado haciendo esto 3 veces por semana desde que tengo a Sheldon, nos gusta correr juntos, al principio yo no duraba más de 5 minutos, pero con el tiempo mejoré muchísimo, y debo decir que algo que me impulsó a seguir corriendo era la carita de Sheldon con ganas de seguir corriendo cada vez que me detenía.

Me detengo y apoyo mis manos sobre mis muslos soltando pequeños y pausados jadeos, completamos los 25 minutos. Me siento en un banco del parque y saco de mi pequeña mochila un plato de Sheldon, lo dejo en el césped y lo cargo con una botella de agua. Por mi parte bebo de mi botella de agua hasta dejarla por la mitad.

Miro a Sheldon y acaricio su lomo mientras él mueve la cola.

—Lo hiciste excelente, buen chico...—beso su cabeza.

—Tú también—oigo a mis espaldas.

Me doy la vuelta como el exorcista.

—Carajo—suelto del susto—¿Zayn, has estado observandome?

—Es posible—ríe tomando asiento a mi lado.

Qué puto miedo.

—¿Me seguiste?

—¿Qué? No, no—ríe más—. Vine a caminar hace un rato y los reconocí a ambos, así que los observé un buen tiempo. ¿Haces esto cada cuánto?

—Lunes, miércoles y viernes. ¿Nunca me habías visto?

Él negó—Pero lo haré de ahora en adelante, ¿qué dices?

—Digo que buscaremos otro parque—bromeo y él ríe de nuevo.

—Hey, qué bueno verte Sheldon—sonríe acariciandolo y Sheldon corresponde felizmente a su saludo, dandole la pata como le enseñé.

Descubrí que a Zayn también le gustan los perros. Me dejó conocer a los suyos cuando fui a su casa. Son encantadores.

—Su pelo es muy suave.

—Lo bañé ayer—respondo. Lo baño una vez a la semana cuando no hace frío, duerme dentro de la casa así que no dejo que esté sucio.

—Deberías bañarte tú también—ríe y le doy un suave empujón que ni siquiera lo mueve—. ¿Qué haras esta tarde?

—Iré a casa de Eleanor.

—¿Y ahora?

—Voy a almorzar con papá cuando salga del trabajo. ¿Y tú?, ¿qué harás?

—Nada. Por eso te pregunté...—rasca su nuca.

—¿Para hacer nada juntos?—río.

Es un gran plan, lo juro.

—Claro—ríe conmigo—. O bueno, lo que se te antojara.

Chasqueo mi lengua—Estoy libre en la noche.

—Haremos algo a las 10.

—Perfecto. Tenemos que irnos, voy a bañarme para ir a la empresa, y...

—Te llevo—interrumpe antes de que yo termine la oración.

—Pero, Sheldon no puede ir en la motocicleta...

—A la empresa, boba, tu casa queda muy cerca—ríe y asiento.

—Es cierto, vamos.

Se levanta después de mí y lleva a Sheldon de la correa hasta llegar a mi casa.