-Acosando a mi vecino 7u7- (Editando)

DÍA 5

Zoe.

— Hija!! Tenemos visita! — Dijo mamá desde abajo.

Aquel grito me había despertado sobresaltada, me fui del cuarto y bajé media escalera para ver quién había venido, estaban mamá y la señora lidia disfrutando de un desayuno a las once am.

— Ya voy mamá! — Respondí desde la escalera.

Estas me miraron y sonrieron, yo me fui rapidin a la cama de nuevo me dije de dormir otro rato pero al final me terminé levantando.

Bajé las escaleras vestida y pasé derecho a la cocina, me hice unas tostadas y yogurt con cereales después me estaba llendo a desayunar a mi cuarto cuando veo algo raro de reojo miró donde estaba mi mamá y su amiga pero me encuentro con la mirada de su hijo y lo primero que hago es irme corriendo arriba, cierro la puerta de mi cuarto y me meo de solo recordar su mirada de nuevo.

Y vuelvo a bajar para no quedar como una rarita, pero los escalones me hacen una mala pasada y el vaso se vuelca en el piso y yo me resbaló con su preparado liquido.

Al poco tiempo resivo la ayuda de mi vecino para levantarme y luego este recoge el vaso y los cereales distribuidos en el piso.

— Gracias — Digo caminando a la cocina con la mano en mi espalda.

Mi mamá viene a verme y me da una pastilla para los dolores musculares y un vaso de agua para tranquilizar me, luego el hijo de lidia entra en la cocina donde también estoy yo.

— ¿Todo bien? — Dijo, noté la preocupación en su voz, ni me conocía y se preocupaba igual debe ser que de lejos se vio como me di tremendo resbalón y todos piensan que como sigo conciente.

— Si, un golpecito nomas — Dije intentando restarle importancia a lo que había pasado, no quería decir mucho, él me ponia un poquito timida.

— ¿En donde? — Siguió preguntando.

— Acá — Dije con la mano en mi cadera, con la mano ahí no me dolía tanto.

— ¿Puedo ver? — Dijo acercándose y poniéndose detrás de mí, yo solo asenti con la cabeza. - Si te tocó aquí, ¿te duele? - Preguntó con la mano en donde le había mostrado.

No tengo que pensar cualquiera, él solo es amable y quiere ayudarme, me dije a mi misma.

— No — Negué en tono bajito, Enserio no me dolía y además había empezado a mover su mano haciendo masajes en donde me dolía y era hasta un relajante muscular.

Me relajo tanto que cerré mis ojos sintiéndome cómoda con lo que hacia, luego el se alejó y volvió a quedarse parado donde estaba.

— Así tenes que hacerte pero con crema te vas a sentir mejor — Me aconsejó, me daba una tentación en los labios de reírme, esque eso había sonado como ir al médico.

— Gracias sentate si querés —Dije porque lo veía parado pero por respeto supongo.

— No ya me voy, pero gracias — Dijo con una pequeña sonrisa simpática y se fue de la cocina.

Después lo escuché irse pero de la casa, y me quedé pensando en lo cerca que lo había tenido y no había pedido preguntarle como se llamaba.

Continúa…