Coquetea un poco

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Había pasado una semana luego de que el rubio cuidó del minino y conversaron hasta tarde. Era medio día y el día anterior su amigo Tony le había dejado unas cajas que dentro contenían otras mas pequeñas y por lo que podía observar eran de un lujoso restaurante, contenían comida para por lo menos dos personas, con postre incluido.

Todo debía ser consumido ese día para no echarse a perder. Era lo que decía la carta de la primera caja que recibió. No podía comerlo todo solo y su gato no iba a comerse lo que él no lograra.

El timbre volvió a sonar y definitivamente iba a matar a Tony si otro paquete llegaba.

- ¡Buenas, vecino! -saludó con emoción.

Se recompuso de la sorpresa al ver la iluminada sonrisa- Buenas tardes, Thor. ¿A qué se debe tu visita?

- Pensé que tal vez podríamos salir a almorzar, estoy un poco aburrido y quería conversar con alguien.

Bingo.

Su oportunidad- Estás de suerte, un amigo me ha mandado comida y es mucha para mi solo. No quiero desperdiciarla así que... -insinuó lo que quería decir, inclinándose un poco hacia la izquierda, su cadera resaltó y pronto estaba en una pose sugerente con los brazos cruzados.

- Claro... -habló despacio mirando al moreno detenidamente- ¿A qué hora?

- Ven dentro de media hora, así me das tiempo para calentar la comida y poner la mesa.

Y así el plan comenzaba.

***


Pasada la media hora, con mejor ropa y bañado oliendo mejor; tocó el timbre y sujetó con fuerza las flores en sus manos y esperó. A los pocos segundos la puerta se abrió y su vecino lo recibió con una sonrisa, haciéndose a un lado para que pasara.

Admiró la decoración moderna que presentaba la sala y luego de la cocina, todo bien ordenado y limpio, tal como su dueño. El gato se paseaba por sus piernas ronroneando a gusto.

La mesa estaba servida y todo tenía buen aspecto, servido y desprendiendo el rico olor.

- Siéntate -le indicó el asiento.

- Tu casa es muy hermosa -afirmó y el comentario complació al azabache, pues sonrió y no objetó nada.

La cena fue bien, conversaron sobre sus trabajos y mascotas. Recién ahí el rubio le explicó que el comportamiento de su cachorro era debido a que fue abandonado cuando tenía dos meses, debido a ello se apegaba mucho a las personas porque no quería volver a separarse de nadie mas, les cogía cariño muy rápido.

Loki también explicó sobre su gato, este estaba en una caja pequeña a un lado de su edificio. Lo acogió en su casa hasta que pudiera conseguirle un dueño. Pasaron dos semanas y ya estaba mas que acostumbrado a ser recibido por el minino.

Pronto la comida se acabó, las luces contrastaban con las paredes y el lugar lucía mas romántico.

- ¿Te gustaría salir? -preguntó el rubio- para estirar las piernas.

Loki ya empezaba a preguntarse si alguna vez en su vida el hombre había estado en algo con alguien, durante la cena estuvo dando poses sutiles para ver la reacción en el otro y nada parecía dar resultado, supuso que la invitación era para continuar su cita o como él pensaba que era.

No perdía nada con salir, podría probar otro par de armas afuera.

- Estaría bien -aceptó.

***


Caminaron un par de cuadras hasta llegar a un parque, este tenía a una pareja y un hombre que parecía esperar a alguien. Había una banca vacía y se sentaron ahí. No conversaron mucho, el tema de pronto se había acabado y no supieron empezar de nuevo.

- Mejor caminemos -sugirió, no queriendo soportar mas estando quieto e incómodo, y también por el frío.

Y así caminaron lento, Loki contaba los segundos para que su compañero hablara.

Un niño apareció y tropezó con el mayor, este se quedó quieto sin saber qué hacer, el pequeño había comenzado a hipar y pronto lloraría.

Loki se arrodilló quitándose el abrigo y poniéndolo sobre el niño, este le miró limpiándose las lágrimas- no te preocupes -le dijo con voz suave, comenzando a acariciar sus cabellos castaños- ¿Por qué no mejor vas a buscar a tus padres? Puedes llevarte mi abrigo.

El infante sonrió para luego levantarse e irse por donde vino.

- Se te dan muy bien los niños, yo la verdad les tengo algo de pánico.

- ¿Tú? ¿El gran y poderoso Thor? -comentó burlón- no te van a morder. Y si no... asume la posición de combate.

- ¿Posición de combate? -se rió.

Bien.

- Cosas mías, no entenderías -se levanto sonriendo- soy una persona que es difícil de entender -guiñó un ojo.

- ¿Difícil? Creo que estoy oliendo un reto -siguió la corriente.

- Lo que hueles son tus pies apestosos -se tapó la nariz- con razón el niño lloró. Le tengo lástima a tus zapatos.

- ¿Eso crees? -se quitó un zapato y se lo enseñó a Loki.

- ¡Dioses! -gritó y corrió- ¡Aleja esa peste de mí!

Thor le siguió, alcanzándolo en seguida sin querer tocarlo. Se sentía un niño otra vez, corriendo tras un amigo jugando a atraparse, se estaba divirtiendo mucho. Lo mismo era para Loki, nunca antes había disfrutado tanto los juegos, ni cuando era niño; el rubio lo hacía sentirse bien sin darse cuenta.

- ¡Te tengo! -bramó riendo el rubio, agarrando por la cintura a su presa. El moreno perdió el equilibrio por el peso y ambos cayeron rodando por el césped.

Fueron regulando su respiración lentamente, tomándose el tiempo para ver mejor las características del otro. Thor notó las hermosas esmeraldas que poseía su vecino, parecían brillar mas con la luna, su piel lucía mas blanca y suave, era hermoso. Loki tuvo otra oportunidad de ver los ojos como el océano del rubio, amaba su color. Sus facciones no coincidían con la personalidad, porque de pronto el hombre podía volverse un niño.

Pero debía de reaccionar, no podían quedarse así toda la vida.

- Ya podrías levantarte... -comentó el azabache.

Thor parpadeó algo confundido y se retiró de encima- perdóname -le tendió una mano.

Loki sonrió aceptando la mano y con la fuerza del otro, ya estaba una vez mas de pie- regresemos, hace frío.

Las cosas no pudieron ir mejor.

***

Hey, ¿Les está gustando el fic? Bueno, tengo una pequeña pregunta: ¿Cómo desean que se llamen las mascotas?

El perro: Daryl o Rich

El gato: Jude o Lynn

También pueden sugerirme si no les gustaron los nombres. Gracias por las vistas y votos, significan mucho para mí.

Seis Pasos Para EnamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora